Tengo apenas cuatro años, estamos es el pueblo de mis tíos, ando pachucho y mi madre me recuerda que debo beber mucho agua. Me dirijo a la cocina sorprendido de la capacidad de las madre para adelantarse a las necesidades de sus hijos. Me muero de sed.
Entro y mis tíos discuten. Mi tío con sus espaldas anchas y su enorme envergadura, parece un gigante; nota mi presencia, se vuelve y me increpa:
- Los niños fuera de la cocina.
No me atrevo a replicar, salgo al pasillo. Mi sed y yo aguardamos. Me gustaría volver, explicarme y beber. Los miedos me atenazan
Regreso a la sala donde mi madre me interroga
- ¿Ya has bebido?
- Uhm que rica esta el agua de Solares.
Miento por primera vez, mientras con mi boca reseca simula un chasquido de satisfacción …
Juliki (Sediento)
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