viernes, 14 de agosto de 2009

Mirada exploratoria



Sentado en una terraza, escucho el sonido de las fuentes, me relajo. Entorno a mi, gente a la que aprecio, a la que quiero. Charlan afablemente, nos reímos. Entro y salgo de la conversación, voy y vengo, pero no estoy ahí. Dejo el cuerpo en la silla y la oreja en la charla, pero mis ojos lo recorren todo. Busco, observo como la vida palpita alrededor e intento contagiarme de esa energía.
Capto instantáneas, imágenes fugaces: unos críos juegan con el agua y la expresión orgullosa de su madre los arropa. Sonrío a la inocencia de la infancia aun no mancillada por el inevitable acto de crecer. Un grupo ruidoso de inmigrantes juegan a las cartas, entre bromas y apuestas. Alrededor circulan personas de todo tipo: lugareños perennes, viajeros de mapa, paseantes circunstanciales ... Los yonquis y borrachines de la plaza nos piden cigarros. Una, dos, tres, cuatro veces ... Pierdo la cuenta.
Vuelvo a mi ser, a la mesa, contemplo a los demás. ¿Que somos? Amigos y extraños a un tiempo. Mundos por explorar, unos mas pateados, otros aun por indagar. Potencial humano, contenedores de ilusión, de futuras sorpresas, de momentos compartidos ...
Abandonamos la mesa y pasamos a ser breve visión de otros observadores que contemplan el paisaje. Nos dispersamos y nuestras foto conjunta se transforma en imagen de fotomatón, individual, aislada, tal vez solitaria ...

Juliki (escudriñando)

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