martes, 31 de diciembre de 2024

Despropósitos habituales

 


No quiero mirar atrás ni reflexionar sobre los errores cometidos durante los días, semanas y meses transcurridos durante el año que se volatiliza. Son demasiados, seguro. De nada sirve regodearse en las derrotas ni rememorar los triunfos. Eso no es vivir; es esconderse en el lamento y la inacción sin aprender de los tropiezos o anclarse con miedo a un pasado que no volverá. Además, a ciertas edades, lo único importante es ilusionarse, espantar fantasmas y disfrutar de lo que nos acontece mientras seguimos caminando.

Tampoco voy a engañarme con esas listas de propósitos ilusos y sin futuro que se convierten a los pocos días en ceniza en la chimenea apagada del día a día. Planificar está bien cuando uno, a continuación, se pone el mono de trabajo para hacer realidad los deseos; porque si solo soñamos despiertos, apegados al sofá cual mazmorra segura, hemos confundido vivir con sobrevivir y ya estamos muertos.

Sigo respirando, camino y avanzo a traspiés; con la inseguridad de no saber que deparará el mañana, pero con la certeza de que al futuro solo se llega sobreponiéndose al pasado e intentando disfrutar el presente. Sea cual sea.

Juliki hoy

sábado, 28 de diciembre de 2024

Inocentada autoinfligida

 


Sería bonito que renacieran las ganas de contar, de inventar historias o al menos el deseo de ficcionar la realidad como forma de escapar de ella. No no se trata de huir; es más bien una forma de salir a flote, de echar una pizca de sal a la rutina, de maquillar la cotidianidad para que se haga más digerible. Un intento de tener al final del día la sensación de haber vivido y no ser una sombra que pulula.

Por eso hoy, en un momento de descuido, me pego un cartel en la chepa: Volveré a escribir.

Y me paseo ajeno, despertando carcajadas ante una burla que, un año más, se repite. El autoengaño perpetuo que jamás provoca ganas de reír.

Juliki zaherido

domingo, 15 de enero de 2023

Miedo a la inconstancia

 


Pasan los días y al pensar en escribir cambio de tema y rehúyo ponerme a ello. Es simplemente miedo en sus diferentes facetas: a no ser capaz de mantener un hábito, a no encontrar foto, a no saber que decir…

Excusas habituales que me sirven para cambiar de tema y esconderme tras la no escritura. Es más fácil dejar pasar la oportunidad que afrontar el hecho de que uno tiene poco que contar porque su vida es aburrida o uno la hace aburrida. La culpa suele ser de los demás o de las circunstancias, según el día. Es más fácil pensar eso que reconocer que solo depende de nosotros y que el error 404 está en uno mismo.

El resultado final es que uno evita exponerse, se parapeta en su zona de comodidad y deja de reflexionar por miedo a…

Hoy no va a ser diferente, pero al menos me pongo el mono de trabajo, hago el paripé y doy la cara; aunque sea con miedo.