martes, 30 de junio de 2009

Pantomima convencional



En ocasiones saludar a mis semejantes es motivo de crispación para mi persona. No es que sea un mal educado, mas bien es que no soporto la altanería ni el paripé.
En primer lugar esta esa sensación de hombre invisible que me invade cuando saludo cortésmente a un desconocido con el que coincides en un espacio pequeño y recibes a cambio el mas absoluto silencio unido a esa indiferencia que roza la altanería y el clasismo mas rancio.
Ese mismo elitismo es el que puede respirarse con ciertas personas que imponen el tratamiento del usted como máxima manifestación de la educación y respeto. Discrepo al respecto, soy partidario del tuteo, del tratamiento entre personas como iguales. El respeto a una persona se demuestra por la forma de tratarlo y no por el uso de un convencionalismo como es la coletilla del usted, que en la mayoría de los casos solo pretende establecer diferenciaciones de clase basadas en un baremo de superioridad.
En las distancias mas cortas, cuando te presentan a alguien, me exacerba los que dan besos al aire o peor aun los que solo ponen la cara al besar. Ese beso pasivo, insustancial e inexistente es en si mismo una negación del beso. El beso debe ser directo, intenso y sonoro, cualquier otra variante es una falacia. Además si a alguien le horroriza el contacto con tus semejantes ¿Para que escenificar ese supuesto interés? ¿Como muestra de supuesta educación? Pues me vais a perdonar pero a mi esa falsedad me parece en si misma una falta educación.
También me desagrada cuando al dar la mano a una persona esta deposita sobre la tuya un ser flácido, que mas se asemeja a un pescado muerto que a la extremidad de un ser vivo e inteligente. Es contra natura y para colmo es opuesto a la propia esencia de ese saludo que se define como: apretón de manos.
Saludos, besos, apretones, hoy por hoy quedan reducidos a simples símbolos conceptuales para relacionarse, para mi deberían significar algo mas ... ¿y para ti? ¿o debería decir usted?



Juliki (Tuteador)

lunes, 29 de junio de 2009

Perpetuo renacer



Ayer falté a mi cita matutina con el monociclo; no fue una cuestión de desidia, pereza, dejadez o vuelta a los malos hábitos. Fue con causa justificada, mas que justificada diría yo.
A la hora precisa en que debería estar rodando camino del Retiro como cada Domingo, iba montado en un coche con destino a Burgos. No era un viaje de placer ¿o tal vez si?
Me visualizo de nuevo allí, los kilómetros pasan y con cada uno de ellos se disipan mis problemas, mis preocupaciones actuales. No desaparecen solo se agazapaban y dan paso a esas dudas reiteradas que siempre me asaltan antes de un pasacalles. ¿Me acordaré como va esto? ¿Podré aguantar el ritmo? ¿ No debería haberlo dejado ya con la edad que tengo?
Vestido, maquillado y subido a los zancos el runrún de inseguridad va pasando a un segundo plano. Suenan las primeras notas de los músicos y ... Una vez mas se produce el milagro, la transformación. Como un reloj perfectamente ajustado y en hora, mi cuerpo reacciona; comienza a bailar, a reír, a interaccionar con el publico; y el resto del mundo, mis otras vidas, se difuminan, se dispersan hasta desaparecer. Soy Juliki, entregado a una causa: disfrutar intentando hacer disfrutar. Estoy yo, el público, mis compañeros, su música y una energía que parece no tener fin. Entrego todo lo que hay en mi, sin miramientos, sin racanearía ...
Soy consciente que no soy un gran zancudo, que ni habilidad es modesta, que mis "actuaciones" no serán recordadas; pero cada vez que un niño sonríe, un jovencito muestra sorpresa o un adulto cambia de expresión y aplaude. Yo crezco, disfruto, me siento vivo ...
Hoy he bajado nuevamente a la realidad, tengo esa doble sensación de regusto añorante y fatiga dolorida. La maquinaria que ayer funcionaba a la perfección hoy chirría, cruje y se resiente. La pregunta vuelve a recorrer mi cerebro. ¿Habrá sido este mi último pasacalles? Tal vez, pero si puedo evitarlo no. Digamos mejor que el penúltimo, porque mientras el cuerpo aguante ...


Juliki (en su nube)

domingo, 28 de junio de 2009

Rescatado del olvido VIII Bis



Mi hermana es a todas luces la única que ha tenido los ovarios de enfrentarse a la genética, para casi refutar mi teoría. Hermanuchi te quiero, eres supersister-megaapaña.
Por motivos laborales mi hermana acabó en un pueblecito de Almería donde o tienes coche o te come la miseria y te quedas mas solo que la una. Viendo el percal se vió obligada a ponerse manos a lo obra e intentar sacarse el carnet. Fue a la única autoescuela de la zona y empezó a hacer test con resultados mas que satisfactorios. La cosa prometía … Pero llegó la práctica y mi hermana se puso al volante del auto y empezó su … llamémosle pelea.
El primer día que salió a la autovía se le cruzó un perro con el susto pertinente, pero eso no la desanimó, los días pasaban y llegó el examen teórico: Aprobado a la primera. A este le siguió el práctico, una, dos, tres veces, siempre con igual resultado: Suspensos. Y vuelta a aprobar el teórico que había caducado, y el práctico pues eso una y otra y otra y no había manera. Y venga a volver a matricularse, y venga a pagar derechos de examen … parecía que mi hermana trabajaba solo para pagarse el canet. Yo perdí la cuenta de los intentos con el transcurso de los años e incluso creo que los del libro guiness de los record empezaron a hacer seguimiento de su caso, pero mi hermana prefería el anonimato y … el carnet
Un día su profesor de autoescuela no apareció a la clase. Se había recluido en un frenopático (real como la vida misma). No esta claro, unos dicen que era alcohólico y eso le llevó al psiquiátrico, otros opinan que empezó a beber después de comenzar las clases con mi hermana. Yo no he llegado a conocer la realidad, pero debe ser algo parecido a eso de ¿que fue primero: La gallina o el huevo?…
Mi hermana se quedó sin autoescuela (solo tenían ese profe) y sin carnet de momento … pero para entonces la historia de mi hermana debía haber corrido de boca en boca por Almería y alrededores y mas de uno se debió de plantear que dar clases de conducir a mi hermana era una inversión segura: O bien para llenarse los bolsillos a base de sucesivas matrículas o como fuente de prestigio infinito por acabar con la incapacidad de mi hermana, cosa que empezaba a parecer imposible.
Un día se presentó en la fábrica donde trabajaba mi hermana un tipo que dijo ser profesor de autoescuela de un pueblo situado a 40 kilómetros y que se ofrecía a recogerla todos los días para darle la clase. Mi hermana que no salía de su asombro decidió no dejar pasar la oportunidad y aceptó … No fue coser y cantar pasaron algunos meses aun, pero el tesón de mi hermana y la paciencia del nuevo profe obraron el milagro y un día mi hermana me llamó para confirmarme que la genética había sido refutada por su empeño y que en mi familia teníamos el primer carnet de conducir.
Después vino la fase de adaptación, los sustos, los golpecillos; todo ello, como no, consecuencia de los problemillas que supone domar un vehículo cuando las secuelas de la genética se oponen ...
Un día, acompañada por su profe de ingles (nativo) bajaba por las cuestas de Mojacar, cuando el coche hizo un recto, y acabó milagrosamente empotrado en el único tronco de árbol existente. Siniestro total, contusiones varias, susto mayúsculo y el profe blanco que no dijo ni pió, eso si, a la semana siguiente levanto el vuelo, abandonó la empresa y regresó a su país sin despedirse ... Hubo otras colisiones mas o menos menores, pero no me extenderé mas …
Ahora mi hermana vive en Madrid y por fin se ha decidido a cumplir uno de sus sueños. Ha vendido el puñetero coche y ha enmarcado el carnet como prueba irrefutable de que a la fuerza ahorcan pero que aunque la genética, al final impone su ley y es la que tiene la ultima palabra, uno puede sobreponerse y superarlo todo.
Lástima que muchos de mis amigos no lo entiendan y sigan preguntándome ¿ Y tu cuando te sacas el carnet?
Yo no me molesto en replicarle, no quieren creerme, pero deberían creer en la fuerza de la genética. Tal vez ese precisamente sea su lastre, un defecto genético que ellos arrastran y han heredado de sus progenitores …

Juliki (peatón resignado)

sábado, 27 de junio de 2009

Rescatado del olvido VIII



Siempre me he preguntado que parte de nosotros es achacable a lo que heredamos de nuestros progenitores (genética) y cual corresponde a las influencias de lo aprendido del entorno (cultura). La verdad es que no suelo tenerlo claro, pero he de reconocer que me resulta mas atractiva y misteriosa la influencia genética …
La genética será la responsable, digo yo, de un curioso impedimento que sufre mi familia en el manejo de vehículos a motor y que viene acompañado de la mas absoluta falta de curiosidad sobre el uso de dichos artefactos que paso a contaros.
Ninguno de mis abuelos tuvo a bien conducir coche alguno, con o sin carnet, o al menos no hay constancia de ello en la historia familiar. Hasta ahí nada anómalo, mas aun, teniendo en cuenta su escasos recursos económicos.
Mi madre, ama de casa como muchas de su generación, fue y es un autentico fenómeno pilotando la maltrecha economía familiar, creo que con esa heroica tarea no tuvo tiempo ni de plantearse lo de conducir, lo cual tampoco es nada extraño.
Con mi padre, la cosa ya empieza, cuando menos, a ser rarilla. El, durante 50 años, trabajo como mecánico (de los que arreglan vehículos a motor) y en todo ese tiempo, nunca jamás, paso por su cabeza la idea de hacerse con un coche, sacarse el carnet, ni tan siquiera sentir la mas mínima curiosidad por la conducción. Mi padre obviamente es un tipo peculiar, pero que puedes esperar de alguien que ni fuma ni bebe, ni … y se apellida Vicioso Alcohol … ¡Y no es coña, palabrita del niño Jesús!
Con esos antecedentes, la influencia cultural, podía haber llevado a que mi hermana o yo hubiéramos mostrado unas irrefrenables ganas de lanzarnos a la conducción, aunque solo fuera como acción-reacción ante nuestros predecesores. Pero nasti de plastic, que decíamos cuando eras pequeños.
En mi infancia lo mas parecido a una afición por los coches fue querer, como el resto de los niños, tener un scalectrix. Ya os contaré que paso con ese tema pero os adelanto que los reyes magos deben seguir jugando aun con mi scalectrix y paseando en mi bici, porque hasta la fecha continúan sin atender mis peticiones al respecto.
Mi primera experiencia con la conducción fue, como no, por obligación, en un Centro de Conservación y Producción Ecológica (Muy rimbombante el nombre, pero una mierda de sitio dicho sea de paso) donde tuve una beca-contrato ( con una birria de sueldo).
Allí un día , mientras cultivaba mis tomates, me encargaron acarrear el estiércol, osease caca de vaca; y para ello el monitor me dio una lección sobre el manejo del volquete. Inocente de el, pensó que como cualquier buen mozo en edad de merecer, lo de las marchas y el embrague era para mi pan comido y tras su breve demostración me dejo a solas con la tarea. Tarde aproximadamente 30 segundos en organizar la mundial, confundirme de marcha, meter la marcha atrás y dejar el volquete calado, clavadito en la cima del montón de mierda, a dos ruedas y en equilibrio algo mas que inestable. Bronca del monitor, risas de los compañeros, y yo metido en el estiércol hasta las rodillas …
En otra ocasión me toco “conducir” el tractor con su correspondiente remolque que en esta ocasión acarreaba a mis propios compañeros. Ya antes de sentarme al volante, podía oírse los cuchicheos entre los demás alumnos, pero que se atenuaron cuando el monitor se sentó a mi lado en la cabina para indicarme o mas bien vigilarme. Arrancamos y todo fue como la seda hasta que llego el momento de cambiar de marcha en la primera cuesta, para hacerlo, dada mi escasa pericia, agachaba la cabeza para mirar el pedal que tenia que pisar para cambiar la marcha, lo cual me hacia apartar la vista del camino y ocasionaba un “ligero” desvió en la dirección. Incluso ya antes acabar de meter la marcha comenzaba el murmullo que se convertía en estruendo de las voces de mis compañeros atronando en recriminaciones. El profesor sudaba y se esforzaba por corregirme e indicarme, yo me afanaba por intentar hacerlo bien y mis compañeros se desgañitaban en protestas, votando en el remolque cada vez que me salía del camino. No recuerdo cuantas veces cambie de marcha, pero nunca olvidaré que al llegar el clamor era unánime contra mi persona …
Desastre mayúsculo en ambas ocasiones que supuso el fin de la confianza que los monitores habían puesto en mi persona para la conducción, en la capacidad de superación humana, e incluso en la evolución de la especie…
Desde entonces mi relación con los coches se limita a un coche antiguo de Guisval miniaturas en metal, que conservo de mi infancia, a ejercer de pasajero en algún viaje y como peatón a esquivarlos en los pasos de cebra y semáforos cuando se empeñan en que me suba al capot …
Ya solo quedaba mi hermana pero su relación con los coches queda para el próximo día …
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Juliki (aparcando deficiencias)

viernes, 26 de junio de 2009

Apuntalando los días




Llegó el viernes y pasó, dejando tras de si su estela. Una nueva semana de vivencias, con desencuentros, encuentros y reencuentros ...
Seguimos adelante, otro mes mas a punto de concluir; continuo la búsqueda de ese equilibrio ¿real o aparente? Yo mas bien diría inestable. Aunque a veces la inestabilidad puede apuntalarse hasta limites insospechables.


Juliki (manteniendo el andamiaje)

jueves, 25 de junio de 2009

Empeños colectivos



Pertenezco a una generación que fue educada en el esfuerzo como mecanismo para conseguir sus objetivos. Tal vez por eso me gusta tanto ver individuos que con su empeño personal son capaces de llevar adelante magnas tareas. Siempre me pareció encomiable esa lucha solitaria por crecer y superarse; pero lo que realmente me impresiona son las creaciones colectivas.
Una sola persona puede realizar autenticas maravillas, si además es alguien especial con cualidades de genio puede sorprendernos sobremanera. Pero realmente hasta el superdotado mas brillante tiene sus limitaciones. En cambio la capacidad de evolución y enriquecimiento mutuo que se produce cuando un colectivo se une con un fin común me parece ilimitada. Dentro de la pluralidad que aporta el otro, el distinto, uno puede sacar lo mejor de si mismo y contribuir al desarrollo del grupo. Entre todos, juntos, las quimeras pueden dejar de serlo ...
Es cierto que cualquier actividad en común complica las cosas. En primer lugar nos encontramos con el impedimento de los egos personales de cada uno de sus componentes. No nos engañemos, generalmente todos, de primeras, pensamos que tenemos la razón y que es el otro el que esta equivocado. Ceder, llegar a un consenso, a una postura intermedia y flexible solo es posible con buena voluntad. Y eso no siempre es fácil de alcanzar.
Suele haber alguien que aporta mas, el que tira del carro, también es necesaria la figura del mediador, aquel que es capaz de consensuar opiniones y unificar propuesta que hagan avanzar las situaciones tensas y enconadas, cuando nadie quiere dar su brazo a torcer. El que tiene las ideas brillantes o el que es capaz de buscar soluciones inmediatas o resolver cualquier imprevisto son fundamentales. Lo ideal sería que en un grupo todos hicieran de todo, pero cada cual tiene sus habilidades innatas y cultivadas. Al final se tiende a la especialización y cada uno hace lo que mejor sabe hacer.
Los grupos son efímeros, al final las discrepancias los fisuran y acaban escindiéndose hasta desaparecer. Es difícil trabajar en equipo pero no deberíamos olvidar lo que enriquece y las posibilidades que nos abre. Ya lo decían en la caja tonta tiempo atrás : Solo no puedes, con amigos si.

Juliki (Comunal)

miércoles, 24 de junio de 2009

Retrato dominical



Miro una foto incompleta, no estan todos, falta uno de los importantes. Vuelvo a pensar que iba a ponerme a escribir algo pero el recuerdo me atrapa. La imagen de todos en línea sonrientes me retrotrae al pasado. Vuelve a ser Domingo, para nosotros en aquel entonces era el día del señor … monociclo; cita obligada para vernos las caras, para pasar unas horas divertidas entre prácticas y charlas. Nos poníamos al día cada semana y eso hacia que estuviéramos cerca, unidos … Hay mil anécdotas: las llaves del Trufo extraviadas en un montón de hojas mas altas que el y que nos devolvió San Cucufato, el Little Jon bajando la cuesta en slalom y reventando el pedal al llegar abajo, los partidos de hockey interminables hasta acabar reventados, esas horas de slowly con el Taki para poder gritar prueba superada, el Arandelas y yo corriendo tras su coche que nos robaron como en las películas, el Dubi llegando a deshoras …
El tiempo era infinito y nunca me cansaba de estar allí, paseando por el parque de la Bombilla, practicando ejercicios que sabía que nunca podría llegar a dominar, enseñando torpemente a los nuevos, animando a los que entonces empezaban y hoy son unos auténticos “bichacos”.
Ha pasado el tiempo. La mayoría de los monociclos estan aparcados. ¿Nos hemos hecho mayores? No debería, ya lo éramos cuando nos empeñamos en aprender a montar. Fue una etapa que acabo. Para mi fue intensa, entrañable, incluso osaría decir que feliz. Me permitió descubrir que todos éramos auténticos personajes y entre ellos habitaban personas excepcionales. Eran, son parte de mi familia adoptiva, de mi y retazos de lo que soy se forjaron a su lado. Éramos Nasios pa rula … no se sabia hasta cuando.
Hace cuatro domingos que mi monociclo volvió a la vida, se que es un regreso efímero y lo peor de todo: solitario, pero por algo se empieza. Madrugo comienzo el ritual de vestirme, primero hay que buscar unos calzoncillos sin pata, que luego me rozan (soy el niño manías), las mallas, las botas que compré para nuestro espectáculo y lo mas importante: La camiseta de los nasios pa rula que Jon puso en nuestras vidas. Cojo el monociclo son las 7:45 AM., destino: El Retiro, donde comenzó todo. Paseo mañanero para desentumecer músculos, recordar sensaciones y como no rumiar como cambiar el mundo, el mió propio, ya no aspiro a mas. Después de 45 minutos llego al portal, con el resuello entrecortado, indudablemente estoy mayor. A veces, antes de subir los cinco pisos miro a ambos lados como si detrás de mi pudiera aparecerse uno de ellos. Es un anhelo imposible …
Si me dijeran que me quedara solo con una cosa de esa época no lo dudaría: Los abrazos sentidos tanto al llegar como al marcharnos. Me proporcionaban la energía necesaria para superar la semana por chunga que esta se presentara. Ahora las afronto a pelo, tal vez por eso cuesta mas llegar al viernes.

Juliki (Nostálgico perdido)

martes, 23 de junio de 2009

Olvidarse de ser



Hoy voy de vegetal, he decidido no pensar, anestesiar los sentidos y dejarme llevar. El Ayuntamiento ha tenido la cortesía de enviarme un certificado, que podré recoger mañana. Por el momento prefiero no pensar lo que puede significar...
Hoy no estoy, he puesto el cuerpo y junto letras como si escribiera, pero en realidad no hay nada nuevo que contar. ¿Uno de esos días para olvidar?
El otro día leí que olvidar es inventar que algo no pasó y recordar es inventar que algo pasó. Supongo que recordar los olvidos debe ser parecido a reinventarse y olvidar los recuerdos ¿será como desaparecer?
No mas piruetas dialécticas, hoy toca reposar en busca del equilibrio aparente, aunque a veces las apariencias son engañosas ...

Juliki (¿Olvidar o recordar?)

lunes, 22 de junio de 2009

Inventario de afectos



El sábado fue un día de suerte. Coincidí con unos buenos amigos y si bien es cierto que apenas pasamos juntos un par de horas, fueron de esos instantes que le dejan a uno una sensación de plenitud. Nos pusimos brevemente al día, compartimos besos, abrazos y risas. Fue estupendo ... aunque me supo a poco.
El domingo mientras repasaba como había ido la semana me di cuenta de un hecho que me dejo algo perplejo. El sábado, en ese breve lapsus de tiempo, en esas dos simples horas, tuve mas abrazos, besos y risas que el conjunto del resto de la semana.
Nos olvidamos de lo fundamental, una y otra vez perdemos el norte y al dejarnos arrastrar por el devenir de nuestra existencia cotidiana nos ausentamos de disfrutar lo importante de la vida. Los seres humanos nos tocamos poco, cada vez menos. Supongo que en parte es por el miedo a ser vulnerable frente a los demás, a que nos hagan daño ...
Me gusta besar y abrazar a la gente que quiero, tal vez me haga ser mas vulnerable, pero no me importa, compensa con creces. Dar, recibir, compartir... Gracias amigüitos
Hoy es lunes el casillero de abrazos, besos y risas sigue a cero ¿por que abrazarse a uno mismo no cuenta, verdad? Además no es lo mismo ...

Juliki (repartidor de carantoñas varias)

domingo, 21 de junio de 2009

Rescatado del olvido VII Bis



... Tras cumplir los doce tuvimos nuestras primeras vacaciones familiares: Por fin iba a ver el mar. Después de un viaje eterno en autobús dejamos las cosas en el apartamento y mi padre me acerco a la playa para que conociera el mar. Flipe
¿Quieres bañarte? Me pregunto mi padre … No lo dude ni un instante, me metí entusiasmado, aquello era mas grande y mejor de lo que había imaginado. Estaba tan ensimismado mirando la inmensidad del mar como un idiota que la tercera ola me tumbo, caí bocabajo, intente incorporarme y recibí una colleja en forma de nueva ola. Oía el zumbido del agua a mi alrededor, apoye los brazos y el siguiente golpe de mar me arrastro como un saco de patatas. Cuando otra ola me golpeo en el cogote y volvió a sumergirme pensé. Joder también es mala ostia ver el mar por primera vez y ahogarse todo en el mismo día; bueno al menos he podido “saltar” dos olas (me habían dicho que molaba), claro que también me dijeron que el mar me sentiría como pez en el agua y realmente mi único parecido con un pez eran esos inútiles intentos por conseguir aire y no agua a base de boquear ... De repente vi el cielo, el mar y levitaba ¿será esto morirse pensé? Tosía y me salía esa mezcla de mocos y agua de mar por boca y nariz.¡Buena señal! Jadee aliviado, me aferraba a la vida con la misma energía que mi padre me alzaba sobre las olas sujetándome del hombro y el bañador. ¿Estas bien? Tienes que tener cuidado, recuerda que no sabes nadar …
Si, si tendré cuidado conteste a salvo en la orilla.
¡Se acabo, pensé! O vuelvo a Madrid sabiendo nadar o no vuelvo claro que con este comienzo existe la posibilidad que me acaben llevando a la fuerza … en una caja de pino.
Me obstine. Todos los días lo intentaba un rato, torpemente, sin progreso alguno … pero sin desistir de mi empeño. Es una característica que tenemos los de la especie de las moscas cojoneras: la insistencia …
Un día estábamos en el agua lanzándonos el balón, me lo tiraron y paso sobre mi cabeza, fui a buscarlo, a medida que me acercaba el se alejaba y yo detrás. De repente escuche que me chillaban, me volví y … la orilla estaba lejos, realmente lejos y alli ya no hacia pie: Estaba nadando. No sabia muy bien como había llegado allí, pero la alegría apenas me duro unos segundos. Abandone el balón, me di la vuelta y aunque calcule que no llegaría me puse a bracear como un poseso. Hay que joderse pensé de nuevo, uno aprende a nadar y el mismo día va y se ahoga por perseguir un puto balón de playa. Hay que ser insensato, si ni siquiera es mío. Llegue a la orilla extenuado, pero estaba orgulloso. Pensé que me darían una ovación, que me felicitarían, me sentían mayor, como si hubiera crecido … Me lleve una monumental bronca, me trataron como el niño que era, pero no me ofusque, por dos veces había vuelto a la vida, cuando me vi perdido y ¡Sabia nadar! …
Al verano siguiente no me apunte a los cursillos, y solo eche de menos el boni que me comía al salir de la piscina y la sensación de alivio de abandonar la tortura. Ha pasado el tiempo, he vuelto a comer algún boni pero ya no me saben tan ricos como antes ¿Serán distintos o el diferente soy yo? Tal vez la diferencia es que, en la infancia tras la “tortura“, cualquier pequeño manjar tiene un gusto especial, sabe a libertad …

Juliki (Braceando por salir a flote)

sábado, 20 de junio de 2009

Rescatado del olvido VII



Cuando tenia doce años además de otras muchas carencias de infancia había dos que especialmente me quitaban el sueño: No sabia montar en bici y no sabia nadar. Ahora 30 años después duermo por las noches, se nadar y …. aun me queda tiempo para intentar pasarme a las dos rueda.
Lo de nadar fue chungo, llevaba toda una eternidad yendo a los cursillos que daban en la piscina de la empresa de mi padre, pero sin éxito. No, mi padre no era el dueño, era uno de lo empleados, mecánico ajustador para mas señas, reparaba embragues de los autobuses urbanos de Madrid ( EMT) y a cambio le daban un sueldecillo y grasa gratis, que el se esmeraba en limpiar de sus uñas de manera efímera. Ahora que lo pienso, algo suya si era la empresa, estuvo 50 años, primero con los tranvías, luego con los autobuses, ahora esta jubilado, y la empresa es municipal, osease de todos, pero de mi padre un poco mas pues ha dejado mas de media vida en ella…
Pero volvamos a los cursillos, duraban todo el verano y para mi suponían una autentica tortura. La aventura era diaria de lunes a viernes comenzaba a las ocho de la mañana que subíamos a un autobús que nos llevaba al recinto. Salíamos equipados al campo de fútbol a hacer las tablas de gimnasia, con el bañador debajo de los pantalones cortos; nos rebozábamos en la arena y cuando el sudor nos convertía en autenticas mini croquetas humanas llegaba la hora del baño. Antes pasando por esa gélida ducha capaz de encogerle las pelotillas al mas dispuesto…
Pase varios años en el grupo cero, situado en la piscina de los niños pequeños ,con el agua llegándome a las canillas y la vergüenza enrojeciendo mi cara. Por allí pasaron niños y niñas a los que sacaba una y a veces dos cabezas, pero ellos eran capaces de meter la suya en el agua, abrir los ojos y decir el numero de dedos que el profesor mostraba. Yo no … Un día alguien al pasar hizo un comentario jocoso sobre mi y me sentí herido.
-Quiero intentarlo dije a la monitora.
-¿Ahora?
No respondí, metí la cabeza en el agua y … abrí los ojos
-Dos dije mientras la sacaba y me restregaba los ojos
-Tienes que volverlo a hacer, para comprobar que no ha sido suerte …
Iba a protestar indignado porque dudara de mi, me comí el orgullo, tome aire y volví a hacerlo…
-Otra vez dos …
-Enhorabuena puedes pasar al grupo uno.
¡Era indestructible!, salte el cordón limitador a la otra piscina y pase al grupo uno.
-Aquí hay que hacer la plancha mascullo mi nuevo monitor ¿Sabes como es?
¿Saberlo? De memoria, lo había visto miles de veces con envidia desde el grupo cero. Tome carrerilla me puse duro, aguante la respiración y me deslice, de repente note el bordillo ¡Lo había hecho! Jo tío que bien me dijo uno de mis nuevos compañeros. Me gire hacia el monitor
-¡ Ya esta grite!
-Perdona estaba distraído charlando, puedes repetirlo …
No era posible, tenia que ser un puñetero sueño.
-Pero ya lo he hecho masculle intentando retener el llanto.
-Mira, no lloriquees como un mariquita, si quieres lo repites o deja a otro que lo intente …
Me quede helado, la cólera lleno todo mi ser, me jure a mi mismo que jamás volvería a hacer la plancha, se que no tiene sentido, pero soy un tipo obstinado y de palabra … Además allí el agua me llegaba a la altura de las tetillas, pasarían algunos años antes de que mi estatura desentonara en aquel grupo …
Lógicamente nunca salí de aquel grupo. Tampoco he vuelto a hacer la plancha …
La historia tiene una segunda parte, pero habrá que esperar a mañana para conocerla ...

Juliki (por partes)

viernes, 19 de junio de 2009

Destino aleatorio



Cuando uno anda confuso, sin saber que rumbo darle a su vida, a veces lo mejor es pararse a observar. Puede no ocurrir nada, pero uno al menos habrá recuperado el aliento y podrá reanudar la búsqueda del camino adecuado. También puede acontecer que la vida nos sorprenda y la señal aparezca en el lugar mas insospechado. Será el momento de decidir si es un capricho de la naturaleza o una indicación que pueda dirigir nuestro futuro. La elección siempre altera el destino …


Juliki ( Buscando ¿dirección o sentido? )

jueves, 18 de junio de 2009

Abaco de incertidumbre



Cada cosa tiene su precio, parece ser que las personas también, pero ese es otro tema para tratar en otra ocasión. No puedo evitar siempre que me dispongo a adquirir algún articulo una doble pregunta: ¿Cuánto cuesta? ¿Cuánto vale? Usando mi torpe apreciación suelo llegar a la conclusión de que ambas respuestas nunca coinciden …
Para ser justo intento imaginar el esfuerzo y dedicación que se ha invertido en la creación de cualquier objeto y/o servicio, pero siempre me quedo con la impresión de que cuesta demasiado y vale excesivamente poco. Intento entender que en la economía moderna, esa de la que no tengo ni “repajolera” idea, al evaluar el coste de un producto hay que tener en cuenta multitud de factores tipo: publicidad, financiación, distribución … que encarecer el precio final, pero no suele servirme como explicación para justificar el elevado importe que me solicitan para poder adquirirlos.
Se que existen auténticos expertos en la compraventa de bienes, que nunca llegan a ver y que pasan de unas manos a otras de manera casi virtual. Me cuesta hacerme a la idea, quizás porque mi cabeza en materia de economía es primitiva e intenta reducirlo todo al desfasado trueque, que aunque anterior a mi existencia, me parece una forma mas razonable, justa y cercana de intercambio de mercancías.
Dicen que hay dos maneras de hacer dinero: Una es vender mucho con un beneficio pequeño, la otra que me parece predomina en la sociedad actual, es vender poco, mucho mas caro y en consecuencia con un beneficio infinitamente mayor, empleando para ello un menor esfuerzo. Me da la sensación que esto último es lo que genera esa brecha abismal entre el precio y el valor real y lo que colapsa mis neuronas al intentar comprenderlo. Eso de ganar mas con menos esfuerzo, vendiendo algo que vale poco a un precio elevado, es lo que me desconcierta. Supongo que para entenderlo uno necesita estar imbuido en la idea de querer hacer dinero y no basta con simplemente querer vivir como es mi caso.
Indudablemente necesitaría unas lecciones de economía que a buen seguro me ayudarían a gestionar mi existencia y a comprender mejor a mis semejantes y su entorno. ¿Algún voluntario?

Juliki (trocador)

miércoles, 17 de junio de 2009

Preso de la vida



Hoy quería pensar y he decidido recurrir a uno de esos mecanismos variopintos que utilizo para ponerme a ello. Primero barajé la posibilidad de alternar la lectura y la reflexión que es uno de mis preferidos; pero ante la posibilidad de parapetarme tras el libro y centrarme en los problemas-aventuras de los protagonistas como evasión para no analizar los míos, decidí buscar otras alternativas. La de pasear prometía, pero ante la casi certeza de que al sol se derritieran las escasas neuronas que aun funcionan en mi cabeza la pospuse para otra ocasión. Fregar los platos cruzó por mi cabeza, pero eran pocos y lavar los que estaban ya limpios me parecía un poco excesivo. Quedaba también la opción de fregar la casa, pero el baño necesitaba una limpieza a conciencia y eso hubiera distraído en demasía mis razonamientos. Estando en esta tesitura recordé que en el techo de la habitación tenia unas grietillas que debía repasar y me decidí por esta actividad aparentemente nada complicada y totalmente compatible con rumiar mi existencia. La primera grietecilla no supuso ninguna dificultad y me permitió iniciar mis elucubraciones sobre como sobrellevar mi actual situación. La segunda no me gusto como estaba quedando y decidí rasparla un poquito antes de cubrirla. Prometo que solo quería sanearla un poco, pero cuando quise darme cuenta tenia un surco que recorría un tercio del techo. Decidí aparcar momentáneamente mis reflexiones y comenzar con otra grieta, pero con absoluta concentración en la tarea.
El surco de la anterior parecía un canalillo frente al socavón que cruzaba la habitación de lado a lado. Tome aire, saque el yeso y me dispuse a batallar con ambos enemigos. Fue dura la lucha, ya no tengo grietas, unos bonitos parches adornan mi techo y me tocara pintarlo todo. No he reflexionado demasiado y acabe con yeso hasta en las pestañas, pero cuando iba caminando he pensado que no había estado mal la tarde, solo me falto algo de ejercicio. Una vueltecita por el Retiro en monociclo, que es otro mecanismo de reflexión, hubiera estado bien. Pensaba eso cuando al cruzar un paso de cebra vi con el rabillo del ojo que el autobús no tenía intención de parar y se abalanzaba sobre mi persona. He hecho un calculo instantáneo "Si sigo recto me cepilla" asinque me he puesto a correr delante del “bicho” como si estuviera en los San Fermines. Por fin se ha detenido y el conductor con "un par" me ha abroncado:

- Joder pon mas cuidado tío, deberías haberme dejado pasar.
- Es que es un paso de cebra y eres tu quien debe dejarme pasar a mi.
- Pero no has visto que venia lanzado.
- A lo mejor deberías ir mas despacio
- !Joder con los peatones insolidarios de mierda!

Un día mas he sobrevivido, al final incluso he hecho ejercicio, a la fuerza, pero ejercicio y como colofón he tenido una linda conversación con un "amable" autobusero. Sigo sin entender el mundo, pero sigo en el ...

Juliki (atleta urbano)

martes, 16 de junio de 2009

Ausentarse de la realidad



Estos días atrás el buen tiempo que nos ha acompañado ha ocasionando la reaparición de la manga corta y las terracitas veraniegas. Estas ultimas han eclosionado como champiñones y resulta misión imposible encontrar una mesa libre en cualquiera de ellas. Y yo me pregunto ¿Cómo es posible que con lo achuchados que andamos todos, con la crisis galopante, lo mal que anda el curro y lo peor que va nuestra economía, todos busquemos ansiosos esa mesa que queda libre aunque sea al sol que mas calienta?
No nos engañemos, nos quejamos mucho pero en el fondo la gran mayoría tenemos nuestras necesidades básicas cubiertas. Otra cosa es que en esta sociedad consumista en que nos toca-gusta vivir no estemos dispuestos a renunciar a nada y cada vez reclamemos mas facetas de nuestra vida como de primerísima necesidad. Tenemos dinero para lo que queremos y cada uno sacrifica aquello que menos le interesa y prioriza lo que es mas de su agrado. La austeridad es un fantasma del pasado y, ojo que no me parece mal que todos queramos vivir mas y mejor; que busquemos enriquecer nuestra vida con un ocio mas satisfactorio y de mayor calidad. Simplemente me pregunto ¿a costa de que o de quien obtenemos esos privilegios? y por que con todo lo que tenemos para disfrutar, en cuanto nos toca apretarnos el cinturón o renunciar a algo elevamos nuestras quejas airadas y clamamos ese habitualmente desmedido ¡No hay derecho!
Otros no tienen tanta fortuna y a menudo olvidamos la realidad de los demás metidos en nuestro microcosmo; con las anteojeras puestas, solo somos capaces de ver los “obstáculos” que hay en nuestro camino hacia el mas y mejor. Eso aunque no nos guste reconocerlo, es egoísmo. Tenemos mas de lo que necesitamos, pero seguimos empeñados en querer mas de lo que tenemos.
Curiosamente después de tanta queja en petit comité, de tanta insatisfacción manifestada en nuestro entorno, cuando la vida nos depara alguna vez la oportunidad de alzar la voz ante las injusticias cotidianas o los agravio de verdad, agachamos la cabeza a la espera de que sea otro el que proteste. O lo que es peor salimos corriendo a ocupar el hueco libre en la terracita de moda, donde nos clavaran 3 euros por una jarra de cerveza sin aperitivo. Nos evadimos para así poder olvidar esa otra realidad colectiva y volver a centrarnos en charlar de nuestros graves problemas para llegar a fin de mes …
Otro tinto de verano y que el mundo siga su curso … porque a eso nadie quiere renunciar.

Juliki (ausente)

lunes, 15 de junio de 2009

Resignación incrustada



Hoy no debería escribir, al menos no lo que va a salir.. Me habría apetecido contar algo gracioso y ocurrente, pero acabo de recordar que carezco de ambas cualidades.
Una vez mas soy presa del desanimo, ¡como no! una vez mas … Estoy cansado de no entender, ni a mi persona, ni a aquello que me rodea; estoy harto de esa sensación que me invade una y otra vez de parecer tonto, de enterarme el último de todo, e intuir que se aprovechan de mi una y otra vez; estoy cansado de necesitar abrazos a todas horas y no saber a quien dárselos. Estoy cansado de estar cansado …
Durante unos segundo, mientras regresaba a casa después de otro “memorable” final de jornada laboral, he pensado en cambiar de vida, en desaparecer, en empezar de cero en otro lugar donde nadie me conociera y con gente de la que tampoco supiera nada. Tal vez así dejaría de perecer estúpido, quizás en esas nuevas circunstancias podría pasar desapercibido, sabría decir que no cuando toca decirlo y podría gritar ¡basta, ya esta bien!, cuando la cuerda se tensa hasta casi ahogarme. El espejismo no duro demasiado, se diluyó tras cruzar el semáforo …
He recordado que el problema seguramente sea yo, y que en otro lugar seguiría siendo como soy. La historia se repetiría indefinidamente y acabaría volviendo a tener que huir de allí, para escaparme de mi mismo, de mi perpetuo “compañero” de viaje. Luego he pensado en los míos, en que no podía hacerles eso y los escasos atisbos de osadía se han visto reducidos a virutas crepitando hasta desaparecer. La cobardía ha vuelto a presidir la mesa, me he sentado a saborear mi menú diario de resignación galopante.
Ahora enviaré esto, luego iré a pilates como si nada, tal vez el cansancio me reconforte y atenué esta sensación. Luego me dejaré vencer por el sueño; ese desmayo pasajero, ese alivio momentáneo, que es el dormir y no pensar. Mañana caminaré a la ducha , pulsaré el botón de “on” y volveré a poner mi cuerpo en la vida cotidiana, para que el tiempo transcurra una vez mas …

Juliki (Perdido en la niebla)

domingo, 14 de junio de 2009

Conversaciones marchitas



Pase el fin de semana haciendo vida social, pero con una peculiaridad: La incomunicación. No es que las personas con las que he convivido se aislaran, o no quisiéramos entendernos, es que hablábamos idiomas distintos. No es una metáfora, es real. Ellos hablan alemán y yo no se ni una palabra, yo hablo castellano y ellos nada parecido.
He tenido múltiples conversaciones silenciosas y "he entendido" la esencia de algún dialogo por las sensaciones que trasmiten los gestos y las expresiones. Pero en todo momento había una barrera invisible que me impedía trasmitir lo que pensaba, sentía y quería comunicar. Es como estar en un túnel, donde uno ve todo, lo concibe en su cabeza pero solo tiene unos torpes rudimentos para comunicárselo a los que le rodean . Algo parecido debe sentir un sordo, rodeado de silencio he intentando hacerse entender …
Siempre el esperanto me pareció un antojo elitista sin razón de ser, desde ayer pienso que todos deberíamos hablar un lenguaje común-universal, mas allá del de gestos, para poder mantenernos mas cerca del resto de las personas y poder comunicarnos mejor. ¿O tal vez interesa mas mantener las conversaciones en letargo indefinido?

Juliki ( ¿monólogos mentales o silencios colectivos?)

sábado, 13 de junio de 2009

Rescatado del olvido VI



Me vienen a la memoria tardes enteras durante el curso escolar, sentado en la terraza repasando la lección sobre aquella mesa plegable de aspecto ajado y azul desvaído. De vez en cuando mi niño juguetón se apartaba de los deberes y dándose un respiro, dejaba vagar la vista a través del ventanal.
Recuerdo el calor de la primavera, las voces de otros niños jugando en la calle y sobre todas ellas la visión tantas veces repetidas bajo mi balcón de las carreras de chapas. Era fascinante verles construir con sus propias manos la carretera,, distinguir desde mi posición privilegiada, las pequeñas trampas del que iba rezagado en la carrera, las voces infantiles discutiendo una y otra vez cada tirada:
Pique por fuera es fuera …
Trasquilón con repetición …
No vale elevar …
Ahora una redondilla …
Yo volvía a mi lección con cierta envidia, me hubiera gustado sentir el pegajoso polvo, alrededor de mis dedos, el frió metal del chapín de martíni justo antes de ser golpeado por la uña, el calor de la discusión y el sabor de la victoria en la carrera … Pero había que seguir estudiando, preparándose para el día de mañana ser un hombre de provecho y que los esfuerzos de mis padres para que yo fuera algo mejor no quedaran diluidos en los sueños infantiles de un niño.
Me gustaba estudiar y eso paradójicamente me alejaba de la mayor parte de los chicos de mi edad, cuando quise darme cuenta era un adolescente estudioso que contemplaba ensimismado una nueva carrera de chapas de una nueva generación … con los mismos conflictos, las mismas voces y las mismas trampas …
Cuando vuelvo a aquella terraza y miro por la ventana , veo el asfalto y los coches que sustituyen a los juegos infantiles de antaño y ni imaginación vuela al pasado y me veo a mi mismo arriba y abajo observando y jugando en una dualidad imposible …
Fui lindo observar desde el ventanal, fue duro renunciar al juego desde mi prisión de niño-hombre …


Juliki (¿Niño o adulto?)

viernes, 12 de junio de 2009

Perdonar lo imperdonable



No salgo de mi asombro, hoy la totalidad de los medios de comunicación abren sus informativos con la noticia del millonario fichaje de un pelotero, como si eso afectara realmente a la existencia de la humanidad. No voy a entrar a valorarlo, al menos no hoy, pero que sea eso lo que causa el desvelo de media humanidad y capte la atención de la otra mitad, es bastante significativo de a donde nos dirigimos como especie.
Esta supuesta primicia mundial ha eclipsado cualquier otra información y aunque ya se sabe que el fútbol desata pasiones y mueve el mundo a mi me parece irrelevante ante otro acontecimiento de la jornada.
Ayer un trabajador perdía un brazo. No fue en un vulgar accidente laboral, causado por un error o una imprudencia. Fue la desmedida codicia de un empresario lo que ocasionó la tragedia. Su afán por ganar mas a toda costa le llevó a tener trabajadores sin contrato, en condiciones precarias y eliminando todas las medidas de seguridad . Por si esto no fuera ya de por si grave, una vez ocurrido el accidente ese "ser" fue capaz de abandonar al trabajador a su suerte y tirar el brazo amputado a la basura como si eso pudiera eliminar las evidencias de lo ocurrido. ¿Que cojones (con perdón) puede pasar por la cabeza de ese tipo para que cuando un semejante se encuentra en una situación de emergencia, en lugar de ayudarle, todo su afán sea tapar el asunto para que no le salpique? ¿Qué valores son esos? ¿En que mundo vivimos?
Perdonarme pero no puedo entenderlo y si esto es la humanidad, que alguien me diga como hacerlo porque yo me borro …
Lo primero que me pide el cuerpo es aplicar al susodicho la ley del Talión, o mejor aun su versión punky: Ojo por ojo y diente por dentadura … Pero hay que ser racional y recordar que la venganza solo ocasiona odio y además no soluciona el problema, ni devuelve el brazo perdido al trabajador. Ante esta situación uno se plantea que se podría hacer para evitar que algo así vuelva a suceder. Me viene a la cabeza la seguramente absurda e irrealizable idea de inhabilitar al empresario a perpetuidad. ¿Como? No se muy bien, algo así como que no pueda nunca jamás montar una empresa, ni tener trabajadores a su cargo; mejor aun que se vea obligado a trabajar como currito, con contrario precario y horario desmedidamente largo. ¿Y por que no rizar el rizo? Podría expropiársele la empresa y entregársela como compensación al trabajador herido, que podría a su vez contratar al empresario para que ahora ocupe su anterior puesto de trabajo. Estaría bien, aunque me parece que la tentación de desconectar el sistema de seguridad de la máquina para que sienta en carnes propias la sensación de estar jugándose la vida a cada segundo sería demasiado grande y volveríamos a coquetear con la venganza.
La estupidez humana es infinita, se que el castigo y la venganza no son la solución, que hay que perdonar y reeducar. Se que esto habría que haberlo arreglado antes, educando a los niños que serán los empresarios del mañana; pero si lo importante del día de hoy, lo que destacamos como modelo, es que un jugador de fútbol es el que mas dinero gana, esta claro que vamos por el camino equivocado …
Siento como si a todos nos estuvieran amputando algo … la razón tal vez.

Juliki ( rebuscando neuronas en el contenedor)

jueves, 11 de junio de 2009

Pasos en falso



Se supone que somos personas de una nueva generación que hemos dejado atrás la mayoría de las trabas culturales de las generaciones que nos precedieron. Presumimos de vivir en una sociedad cada vez mas tolerante, donde no hay lugar para el sexismo, el racismo, la intolerancia ...
Pero cada día las noticias, y ciertos comportamientos desmienten esa suposición. Nos parecemos mas de lo que nos gustaría a aquellos que criticamos y en nuestro interior quedan reminiscencias de todos esos prejuicios latentes. Un día sin saber porque un tipo normal, educado y considerado "buena" persona por sus vecino y amigos se destapa como maltratador, pederasta o xenófobo. No somos capaces de excluir totalmente esos retazos de intolerancia que siguen agazapados en nuestro interior y el día menos esperado salen a la luz.
Yo por ejemplo, intento no ser sexista, pero mi lenguaje lo es. Se que esta en mi mano cambiarlo, pero en muchas ocasiones me descubro a mi mismo diciendo expresiones tales como esto es un coñazo o aquello es la polla ¿Por que lo negativo es un coñazo y lo positivo es la polla? y lo que es peor, si soy consciente de lo que esas expresiones y su uso acarrea ¿por que las sigo utilizando?
Queda aun mucho camino por andar para poder disfrutar de esa sociedad que pregonamos haber alcanzado y para ser esas personas sin prejuicios en las que presumimos habernos convertido. Mientras no seamos capaces de reconocer esa situación y disponernos a erradicar de manera consciente en cada uno de nosotros correremos el riesgo de perpetuarlo una y otra vez ...

Juliki (reformándose)

miércoles, 10 de junio de 2009

Trastornos habituales



Últimamente ando perdido, desconcertado y descorazonado con mi existencia. Me parece que con la edad me estoy convirtiendo en un tipo raro y disonante con la realidad que me rodea. Vamos, que con bastante frecuencia tengo la impresión que estoy para que me encierren, o para que un psicólogo me haga la revisión de los 42 Km., digo años.
Si una amiga de una amiga, a la que quiero como si fuera amiga mía, me escuchara me diría:
- Anda no seas tonto ¡parece mentira!, ¿ ir al psicólogo? Pero vamos a ver ¿tu no tienes amigos? Pues eso, quedas con alguno, charláis un rato, os contáis vuestras alegrías y vuestras penas, os echáis unas risas y ya esta. Te lo garantizo yo, no hay mejor terapia. Y con lo que te ahorras da para quedar varias veces con ese y otros amigos mas ...
La verdad es que es un argumento irrefutable, creo que por eso seguiré sin acudir a la consulta de un profesional, siempre me parecen mas honestos los aficionados tipo amigo.
A menudo me pregunto ¿donde radica la diferencia entre un amigo y un conocido? ¿ Cual el preciso instante en que pasa a dar el salto en el escalafón? ¿Que misterioso resorte transmuta al conocido en algo mas?
Existe algo indiscutible, se necesita la coincidencia en el espacio y el tiempo, el trato frecuente y las vivencias conjuntas. Pero si eso fuera todo indudablemente nuestros mejores amigos estarían dentro de nuestra familia, y no suele ser así ...
La familia es la que es , te toca, no la eliges tu y con el tiempo no nos engañemos se le acaba cogiendo cariño, incluso se les quiere, pero no los seleccionas tu y lo que es peor no se les puede descambiar por otros; no hay reclamación posible, ni nadie te devuelven tu dinero-tiempo si te sale un padre maltratador, una hermana racista o un abuelo xenófobo ...
A los amigos en cierto modo si los seleccionas; pasan por tu vida como conocidos y tras compartir diversas experiencias superan "el casting", basado supongo que en afinidades comunes, confianzas mutuas y algún desencuentro reconciliable. Después se convierten en actores principales de la película de tu vida.
Añoro a los amigos perdidos, aquellos que no volverán y a esos otros cuyos caminos comunes pasaron a ser divergentes por avatares de la existencia. Extraño a aquellos a los que la distancia dificulta la posibilidad del abrazo y a los que la dejadez aleja en el tiempo y el trato. Echo de menos a los amigos que aun estar por venir ...
No tengo arreglo, necesito ayuda. Menos mal que esta noche tengo cita con un prestigioso grupo de psicólogos: He quedado a cenar con una pareja de amigos, tengo ya ganas de iniciar la sesión ...

Juliki (¿loco, alocado o cuerdo?)

martes, 9 de junio de 2009

Ración de fracaso



Me gusta comer, ya desde pequeño; es mas, llegue a este mundo sobre las 15:00 horas, quizás como un augurio de lo mucho que me llegaría a gustar disfrutar del placer de comer
En el hospital me llamaban "siete machos" y las enfermeras andaban sorprendidas de que la madre mas enclenque y delgaducha hubiera parido al bebe mas hermosote (que no hermoso) y con esa incansable capacidad de mamar hasta agotar las existencias una y otra vez.
A medida que fui creciendo mis primeras frases largas giraban en torno a la comida. Mi madre me recuerda frecuentemente que cuando ella las pasaba putas para que mi hermana (mala comedora por aquel entonces) se engullera un yogurt a base de cuentagotas; yo esperaba al lado balbuceando reiteradamente: "No impota mama, si no quere yo me lo pomo".
Como de todo, tengo buena boca, pero claro habiendo comido en el cole no tiene mucho merito. Allí uno no tenía mas remedio que convertirse en un todoterreno. Aun conservo el record de 32 albóndigas con su salsa y sus patatas, que un día que sobraban me zampé, ante la atónita mirada de mis compañeros que no pudieron seguir mi ritmo y la algarabía de las cocineras que no salían de su asombro. Claro que en mi demerito consta también el haberme comido el puré dos veces el mismo día ante la atenta mirada de" la Teresa" (profesora-vigilante) que me lo hizo tragar nuevamente después de haberlo vomitado. No la guardo rencor, posteriormente sería mi tutora y me consta que me apreciaba.
El desayuno diario es para mi uno de los mejores y mas importante momentos del día . Tiene su propia liturgia: Poner a calentar el agua para la infusión, lavar la fruta, ponerla en el plato, meter el sobre de la infusión en la taza, sacar el yogurt de la nevera, exprimir el zumo, llevarlo junto a la fruta a la mesa. Volver sobre mis pasos avisado por el pitido de la tetera a verter el agua en la taza, poner el reloj con el tiempo de la infusión, sacar las galletas y por fin mientras la infusión reposa sentarme a desayunar y comenzar el día. Es en ese momento mientras comienzo a degustar el desayuno, cuando mentalmente planifico lo que me gustaría que fuera el día ... Lamentablemente casi siempre la realidad posterior demuestra mi fracaso como planificador. Y es que las cosas son como son y no como nos gustarían ...

Juliki (ave mañanera)

lunes, 8 de junio de 2009

Dialogando con el silencio



Hoy hace un día gris, de esos que tienen esa luminosidad extraña, que hace daño a la vista. Cuando he salido a la calle después de comer, se ha levantado una tremenda ventolera, que era la antesala de una tormenta breve pero intensa. Las personas se refugiaban en los soportales o aceleraban el paso buscando cobijo. Yo he seguido andando como si nada. Me gusta esa sensación de pasear bajo la lluvia, no se porque pero me relaja. Me gusta llegar a casa, quitarme la ropa empapada y ponerme otra seca; esa permuta me trasmite una enorme sensación de calidez. Suelo imaginar que mientras camino bajo el aguacero mis problemas se van diluyendo, mis penas se lavan ... y así uno puede volver a afrontar el día como si empezara de nuevo: limpio, recién duchado.
He preparado una infusión, he buscado al abrigo de la manta en el sofá, y así, intercalando sorbitos de té con tragos de reflexión y algún canapé de lectura me dispongo a pasar la tarde: leyendo, pensando descansando...
En ocasiones es necesario hacer un alto en el camino para repensar lo acontecido, para soñar con lo que ha de ocurrir o simplemente disfrutar de la calma que acompaña a la tormenta y disfrutar del placer de pararse a escuchar.


Juliki (¿oyendo o escuchando?)

domingo, 7 de junio de 2009

Retazos de inconformismo



Hoy es día de elecciones. Yo, una vez mas no voy a ir a votar. La última vez que lo hice fue en la consulta sobre la OTAN, al día siguiente era mi cumpleaños y contaba con el regalo del No, pero me quede sin él ...
Desde entonces ha llovido mucho, han cambiado los protagonistas, pero no su forma de comportarse; han seguido incumpliendo sus promesas, ignorando sus programas y desprestigiándose unos a otros ... Siempre es mas rentable ( suma mas votos) atacar al contrario que defender las propuestas propias. Todo vale, porque al final como en el resto de la vida cotidiana lo que “sirve” no es hacerlo bien sino ganar.
Revisas todas las propuestas de los partidos, pero en el fondo sus compromisos son indiferentes, porque nadie te garantiza que los cumplan; es mas, casi se puede tener la seguridad de que no lo harán ...
Se que muchos opinan que si no participas no tienes derecho a quejarte. Yo no estoy de acuerdo. No participar es una forma de hacerlo, tal vez no sea la mas práctica, ni la mas apropiada para cambiar la situación, pero es una forma de manifestar una opinión. Votar es un derecho, no una obligación. No votar es una forma de ejercer mi derecho ... hoy lo practiqué.

Juliki (con opinión propia)

sábado, 6 de junio de 2009

Detener el tiempo



Hay días que uno quisiera que nunca terminaran, y esos suelen parecernos los mas efímeros. En cambio aquellos que no son de nuestro agrado duran una eternidad. Luego están los días anodinos esos que pasan sin mas, mientras andamos "entretenidos" en sobrevivir, y que suelen ser mayoría.
¿Quien tuviera el poder de acelerar o detener el tiempo a voluntad?


Juliki (anodino)

viernes, 5 de junio de 2009

Rescatado del olvido V



Soy obstinado, en ocasiones no tengo claro si es un defecto o una virtud, pero no puedo evitarlo, me pasa con cierta frecuencia y en diversas circunstancia.
Me ocurre por ejemplo, cuando una cabina de telefónica se chupa sin motivo mi moneda de 50 céntimos. En ese instante sufro ligeras convulsiones cercanas a la ira y me transformo, no en el increíble Hulk, pero si en el obstinado Reclameitor. Llamo al 1004 y comienza el periplo de explicar una y otro vez quien soy, que me ha pasado y que quiero. Una y otra vez incansablemente hasta que me confirman que me devolverán mi dinero... Luego quedo a la espera y unos días después recibo en casa una carta que confirma que tengo derecho a una devolución de 50 céntimos y que en breve me harán llegar dicho importe a mi domicilio. Pasado el tiempo llega el cheque. ¡Si amiguitos ! un fastuoso cheque de 50 céntimos, que da paso al segundo y no menos complejo proceso: su cobro.
Generalmente cuando me presento en la sucursal el cajero/a flipa y tras mirarme como si fuera el portador del mas absurdo y desfasado disfraz, lo habitual es que no pueda resistirse y me pregunte de que va el tema. Yo amablemente le relato mis peripecias y en ese instante, se olvidan del disfraz y ven en mi persona, a ese bicho exótico y en vías de extinción: Juliki Obstinatus Cojoneris...
Una vez ganadas sus simpatías hacia mi causa, se plantea el conocido dilema del cajero solidario, que ha vivido en carnes propias la felonía de que la cabina engulla su última moneda, cuando se disponía a hacer una llamada urgente y su móvil esta sin batería:
- Es que te tendría que cobrar comisión por tramitar el cheque y entonces te tocaría poner dinero...
Saco la capa de superreclameitor y me dispongo a pedir el libro de reclamaciones, pero generalmente el cajero reacciona a tiempo...
- Esto es absurdo, toma tu dinero. Deberíamos hacer todos lo mismo...
Se que el tiempo y el esfuerzo empleado por mi para reclamar y recuperar mi dinero es mas valioso que la cantidad reclamada, pero si a Telefónica no le importa enviar dos cartas, cuyo coste de franqueo ya supera el importe de la reclamación, a mi tampoco me importa invertir lo mió para que las cosas sean como deben ser. Además no puedo evitarlo, a spiderman le pico una araña, tuvo que joderse y pasarse el día con las mallas puestas saltando de edificio en edificio; a mi me debió picar la mosca cojonera y...


Juliki (alado)

jueves, 4 de junio de 2009

Destinados a cambiar el mundo



Me gustan los niños, sobre todo los de los demás. Siento una especial afinidad por esos proyectos de personitas y he de reconocer que en las reuniones multitudinarias, suelo sentirme mas cómodo en su compañía que departiendo con mis congéneres adultos. No se si es porque a su lado "renace" el niño que hay en mi o porque en el fondo su conversación sincera me resulta mas instructiva e interesante que la de algunas personas mayores. Si, ya se que muchos estaréis pensando que a que espero, que porque no encargo uno o mejor aun, la parejita ...
No recuerdo cuando fue la primera vez que me planteé la posibilidad de tener hijos; lo que no he olvidado es la conclusión a la que llegué y que aun hoy en día es mi postura ante el tema: No, nunca, jamás.
No tengo nada en contra de perpetuar la especie, aunque visto lo visto, a veces pienso que sería mejor dejarla extinguirse como los dinosaurios. Además, no siento el menor apego a la idea de ver perdurar mi apellido, ni a que mis descendientes continúen mi "labor" entre otras cosas porque tendrían jodido averiguar cual es. Y en lo referente a engrandecer el negocio familiar y heredar mis posesiones, pues "chungo patata" la sangre de mi sangre no tendría mucho donde rascar.
Se que mi postura es egoísta, pero parto de la base que educar a un niño es una tarea tan ingente, que solo para intentar hacerlo bien habría que tener la cabeza muy bien amueblada y el resto en plena forma. Yo no me creo capacitado para asumir tamaña responsabilidad. ¿Como voy a educar a alguien cuando aun me queda tanto por educarme a mi mismo? Estoy seguro que acabaría trastornado, cuestionándome constantemente el como y el porque de cada paso, como influenciaría al niño esta decisión o aquel consejo, que consecuencias tendría en él …
Admiro enormemente a las parejas que conscientemente y tras meditarlo se embarcan en la casi imposible tarea de tener y educar uno o varios hijos. Los admiro tanto como desprecio a ese atajo de inconscientes que encargan niños, porque se lo piden las hormonas, es lo normal, le hace ilusión a la familia ... Si haber pensado lo que ello implica.
Los niños son un potencial infinito y para mi la única esperanza de la humanidad. Lástima que los "eduquemos" así y se conviertan en personas mayores ...

Juliki (egoísta o miedoso)

miércoles, 3 de junio de 2009

Pasadas angustias



Ayer escuchando la radio recordé lo que es sentir angustia ante la incertidumbre. Hablaban del avión supuestamente siniestrado y de la por ahora, desaparición de todos los que iban en él. Imaginé a todas las personas que tenían en el avión algún conocido, amigo, familiar ... de repente se enteran del suceso y como el mundo para ellos se transforma en un sin vivir. La incertidumbre se mezcla con el deseo, con la sospecha de una certeza, y con la remota esperanza de un milagro.
Siempre se puede superar una pérdida, aunque a uno le cueste creerlo y asumirlo; hay un punto y final a partir del cual la vida debe continuar, recomenzar o simplemente seguir. ¿Pero como cojones se afronta la incertidumbre de no saber? En el fondo uno tiene la seguridad de que al final será lo peor. El tiempo pasa y uno se aferra a la esperanza que, poco a poco se convierte en un tenue hilillo que se deshace a cada golpe de segundero. Uno piensa en el milagro, pero también sabe, que de producirse, suele ser inmediato, las buenas noticias se conocen pronto y si tardan es porque serán las que uno no quiere ni puede oír.
El 11 de marzo yo iba a hacerme unos análisis antes de entrar a currar, al cruzar la calle Atocha una parejita parada en la acera comentaba que había habido un atentado. Seguí mi camino hacia el medico pensando en lo que podría haber sucedido ¿coche bomba en el País Vasco? ¿tiro en la nuca a un policía o militar? Cuando llegué al ambulatorio ya estaba pensando en mis propios asuntos; entonces oí la frase: Ha sido en la estación de Atocha, varios trenes de los primeros de la mañana. No pude escuchar mas, la incertidumbre acababa de apresarme y casi me había paralizado. Intente encender el móvil sin atinar con el Pin mientras mi cabeza pensaba a la velocidad del rayo. No han dicho AVE, no han dicho el primero, sino de los primeros, no puede ser, no va a ser... No debió de transcurrir ni un minuto hasta que conseguí hablar con mi pareja, pero para mi fue eterno. El alivio me invadió, resoplé, me quité la congoja y aguanté las incipientes gotas en el lagrimal. Me hice los análisis y salí contento a la calle, la vida era estupenda... De repente me detuve, casi me desplome de vergüenza; me sentí sucio, ruin, estúpido, despreciable ... El ser humano es así, egoísta. No sabría discernir si por genética o educación. Da igual, pero deberíamos pensar con mas asiduidad que el centro del universo no es nuestro ombligo y lo que le rodea, que hay otros seres a nuestro alrededor.
En mi alivio al descubrir que la fortuna había sonreído a mi pareja, me olvide de todos aquellos que no corrían igual suerte, aquellos que desesperados intentaban localizar a los suyos sin conseguirlo. Para ellos la incertidumbre continuaba y muchos la verían convertirse poco a poco en certeza, en desgracia, en tragedia.
Ese día me dije que debía intentar no olvidarme jamás de esa sensación, ayer lo recordé; aunque tengo la impresión de que no es suficiente ...

Juliki (tristón)

martes, 2 de junio de 2009

Capazo de ideas



Hace un mes que comencé a escribir este blog. En un principio no tenia claro lo que pretendía, tal vez simplemente “amarrar” las ideas que pululaban en mi cabeza, vestirlas con el torpe ropaje de las palabras, para hacerlas mas tangibles, mas concretas. Las palabras a veces solo disfrazan las ideas, o no son de su talla, las constriñen y entonces es necesario rebuscar en el armario intentando encontrar nuevas vestimentas, aunque en el fondo sepamos que las ideas solo pueden existir desnudas.
Me propuse escribir uno o dos días en semana y de vez en cuando colgar alguna foto, esos instantes detenidos que voy robando en mis paseos cotidianos. Me apetecía también rescatar del olvido esos otros escritos “antiguos” que empezaban a acumular polvo, la pátina que el tiempo impregna en los recuerdos repensados-reescritos.
Me encontré escribiendo cada día, con la sensación de que al día siguiente no tendría ya nada que contar, pero sorprendiéndome de poder seguir por lo menos hasta hoy …
Disculpar mis torpezas expresivas, mis faltas de ortografía y demás errores, intento mejorar y en mi descargo he de decir que soy de ciencias.
Gracias por vuestra paciencia a aquellos que me leéis y a los que aportáis vuestros amables comentario. Me gustaría responderos con asiduidad, pero mi ordenador por esos misterios de la informática o por mi torpeza supina no me deja escribir comentarios en mi propio block. Tiene gracia ¿será algún tipo de autocensura encubierta?
Después de un mes continuo sin tener claro donde quiero llegar, pero mientras decido el destino continuaré el camino comenzado; si seguís por ahí nos iremos encontrando. Espero no aburriros, pero si es así, siempre podéis cambiar de canal …

Juliki (garabateando letras)

lunes, 1 de junio de 2009

Sombras clandestinas



Los lunes son días de luces y sombras. Por un lado la tediosa vuelta a la vida laboral, a madrugar para estar a una hora fija, en un sitio concreto y realizar una serie de tareas que no siempre son las que uno quisiera. Por otro ante nosotros se abre la perspectiva de una nueva semana, con nuevas ilusiones por cristalizar, descubrimientos que realizar y ... ¿por que no? Sorpresas por descubrir. Esta dualidad siempre me provoca una especie de inquietud que soy incapaz de dilucidar si es agradable o no; pero que me mantiene alerta y con ganas de desentrañar lo que puede acontecer. Luego la semana empieza a avanzar y poco a poco se va pareciendo a las anteriores: Muchas ilusiones no cuajan, los descubrimientos no son tan deslumbrantes como uno desearía y las sorpresas a veces ni se dan. A pesar de todo nadie puede arrebatarme ese hormigueo que me acompaña y me proporciona ganas de avanzar, para volver a probar suerte, una semana mas ...
¿Será el atisbo de otra vida posible o tan solo un espejismo, la sombra de lo que pudo llegar a ser?

Juliki (especular)