miércoles, 24 de junio de 2009

Retrato dominical



Miro una foto incompleta, no estan todos, falta uno de los importantes. Vuelvo a pensar que iba a ponerme a escribir algo pero el recuerdo me atrapa. La imagen de todos en línea sonrientes me retrotrae al pasado. Vuelve a ser Domingo, para nosotros en aquel entonces era el día del señor … monociclo; cita obligada para vernos las caras, para pasar unas horas divertidas entre prácticas y charlas. Nos poníamos al día cada semana y eso hacia que estuviéramos cerca, unidos … Hay mil anécdotas: las llaves del Trufo extraviadas en un montón de hojas mas altas que el y que nos devolvió San Cucufato, el Little Jon bajando la cuesta en slalom y reventando el pedal al llegar abajo, los partidos de hockey interminables hasta acabar reventados, esas horas de slowly con el Taki para poder gritar prueba superada, el Arandelas y yo corriendo tras su coche que nos robaron como en las películas, el Dubi llegando a deshoras …
El tiempo era infinito y nunca me cansaba de estar allí, paseando por el parque de la Bombilla, practicando ejercicios que sabía que nunca podría llegar a dominar, enseñando torpemente a los nuevos, animando a los que entonces empezaban y hoy son unos auténticos “bichacos”.
Ha pasado el tiempo. La mayoría de los monociclos estan aparcados. ¿Nos hemos hecho mayores? No debería, ya lo éramos cuando nos empeñamos en aprender a montar. Fue una etapa que acabo. Para mi fue intensa, entrañable, incluso osaría decir que feliz. Me permitió descubrir que todos éramos auténticos personajes y entre ellos habitaban personas excepcionales. Eran, son parte de mi familia adoptiva, de mi y retazos de lo que soy se forjaron a su lado. Éramos Nasios pa rula … no se sabia hasta cuando.
Hace cuatro domingos que mi monociclo volvió a la vida, se que es un regreso efímero y lo peor de todo: solitario, pero por algo se empieza. Madrugo comienzo el ritual de vestirme, primero hay que buscar unos calzoncillos sin pata, que luego me rozan (soy el niño manías), las mallas, las botas que compré para nuestro espectáculo y lo mas importante: La camiseta de los nasios pa rula que Jon puso en nuestras vidas. Cojo el monociclo son las 7:45 AM., destino: El Retiro, donde comenzó todo. Paseo mañanero para desentumecer músculos, recordar sensaciones y como no rumiar como cambiar el mundo, el mió propio, ya no aspiro a mas. Después de 45 minutos llego al portal, con el resuello entrecortado, indudablemente estoy mayor. A veces, antes de subir los cinco pisos miro a ambos lados como si detrás de mi pudiera aparecerse uno de ellos. Es un anhelo imposible …
Si me dijeran que me quedara solo con una cosa de esa época no lo dudaría: Los abrazos sentidos tanto al llegar como al marcharnos. Me proporcionaban la energía necesaria para superar la semana por chunga que esta se presentara. Ahora las afronto a pelo, tal vez por eso cuesta mas llegar al viernes.

Juliki (Nostálgico perdido)

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