domingo, 30 de mayo de 2010

Naufragar en la madurez



Sin apenas sentirlo, el correr del tiempo va empequeñeciendo las habitaciones donde jugábamos. Un día dejamos de volar cometas y, casi a traición, se empiezan a llenar nuestros bolsillos de objetos útiles. Los mismos que irán abultando, bajo el traje chaqueta, el volumen de nuestras obligaciones.


Lola Beccaria



Cuando uno es niño ansía crecer para poder disfrutar de los placeres prohibidos, para ser el patrón de barco que gobierne el timón de su propia vida. Tanto lo anhelamos, que cuando llega la ocasión, la mayoría de las veces no estamos preparados. Nadie nos enseñó a manejarnos en las tormentas de la vida adulta, no fuimos capaces de entender cuantos tifones y huracanes ha de afrontar el capitán del barco. Nos olvidamos de asistir a la escuela de marineros de la vida, empeñados en ser desde el principio capitanes. Por eso, las obligaciones cotidianas nos asfixian y, muchos días, nuestro niño interior perece o naufraga tomando decisiones de adulto. Muchos adultos quisiéramos ser niños y volver a disfrutar de los placeres infantiles que antaño desdeñamos. Tenemos que crecer, cuando nos gustaría menguar. Nos resignamos a ser adultos y cada mañana intentamos reanimar a nuestro niño ahogado. Si pudiéramos saltaríamos al bote salvavidas, abandonaríamos el barco y yendo a la deriva buscaríamos la isla del tesoro. ¡Si fuera posible …!, pero hay cosas que solo se enseñan y se aprenden con los bolsillos vacíos, en la niñez.


Juliki (¿vaciando los bolsillos?)

sábado, 29 de mayo de 2010

Luchar en la derrota



La vida es una paradoja, cuanto mas afán pongo en escribir, mas se resiente mi blog. Es la contradicción del querer y no poder, del que mucho abarca poco aprieta y sobre todo del cansancio y la dejadez.
Me hago mayor, no solo mi cuerpo que continua su lento envejecer, chirriando a pesar del pilates; es mi espíritu otrora jovial, combativo y curioson el que también se doblega, se resigna. Lucho en la derrota e intento cada día un último y denodado esfuerzo por sobreponerme, pero cuando llega el instante de rendir cuentas y de pasar revista al día, el sueño me vence. En ese sueño se diluyen mis buenos propósito, mis intenciones, arrastrando los que deberían ser mis sueños de verdad. Así amanece un nuevo día y haciendo un corte de mangas a la pereza madrugo, actualizo mis correos atrasados, me marco un pilates mañanero y atiendo mis blogs. El resultado es esto, un relleno lleno de lamento, que sin dejarme satisfecho al menos me reconcilia con la intención o el sueño de retomar mi vida. Solo queda conocer que tipo de sueño triunfará hoy.


Juliki (¿Dormido o soñado?)

sábado, 22 de mayo de 2010

Regreso al presente



Vuelvo después de una dilatada ausencia. Me retiré a mis aposentos a reposar, repensar y recuperarme. Dejé de escribir con la esperanza de que al no reinterpretar la vida con mis palabras, esta se narrara sola, de una manera mas amable, mas bondadosa. Me temo que no ha sido así; todo sigue igual, o parecido.
La realidad esta ahí fuera, desarrollándose y engullendo mi mundo interior, el de todos y cada uno de nosotros. Avanza con ese chirriar entre querer y tener; entre lo que es y lo que debería ser que, a mi al menos, me desconcierta.
No lo entiendo. El mundo. La vida. Vuelvo a intentarlo, reviso prensa de días atrás y leo dos noticias.
La primera parece de relleno. Según un estudio: “Los niños que mienten, estan mas preparados para triunfar en la vida“. Generalmente este tipo de estudios me generan desconfianza; me da la impresión que al igual que ocurre con las encuestas de intención de voto uno puede apañar el resultado, dependiendo del sesgo que le de a la consulta. Se me agolpan las dudas y las preguntas: ¿Cómo harán el estudio? ¿Hacen seguimientos desde la niñez a la edad adulta de individuos? ¿Cuántos?¿ Cómo evalúan conceptos tan ambiguos como mentir y triunfar estos señores? Si triunfas y luego fracasas ¿es por mentir? ¿si dices alguna verdad esta poniendo en peligro su éxito? ¿Quién gasta dinero en semejantes estudios y con que fin?
Obviamente no estoy preparado para entenderlo, ni para triunfar en la vida, me temo.
Llego a la segunda noticia, que no me sorprende, quien sabe porqué: Esperanza Aguirre dice que es “Pobre de pedir”. Claramente si alguien en su posición y su estatus hace semejante afirmación, puede ser por:
1- Esta bromeando. Con pésimo gusto por no decir algo peor. Menosprecia y veja a todos aquellos que a duras penas sobreviven y se ven obligados a pasar por el duro trance de pedir. Muy apropiado en una persona que desde su mas tierna infancia no ha carecido de nada. Regusto a prepotencia, rancio abolengo y …
2- Es así, pobre de solemnidad; estamos todos equivocados con ella y lo que aparenta ser. Pobre mujer
3- Miente.
¿Cada uno que marque la opción que le parezca. Yo por mi parte marco las tres.
1-Se permite el lujo de bromear con la miseria y desgracia de los demás. Porque todo vale y diga lo que diga nada ni nadie le pasa factura.
2- Si, estamos equivocados, es peor de lo que aparenta.
3- Como es costumbre en cierto tipo de personas.


De repente las dos noticias se fusionan y el estudio cobra sentido. ¿tendrá validez a pesar de mis reparos iniciales?.
Sonrío, vuelvo a escribir para constatar mi torpeza, mi inadaptación. Para agradecer ser lo que soy. Un proyecto de fracaso. Contento de serlo. Porque si para tener éxito y triunfar en la vida hay que seguir ese ejemplo y mentir. Elijo fracaso, libremente.


Juliki (saboreando el fracaso)