viernes, 31 de julio de 2009

Cuenta atrás imaginaria V



Cero. Comenzó la cuenta atrás con cero ilusiones y algo menos de esperanza. Ha llegado al final y no hay grandes novedades. Ahora ante él se abre un mes entero para reflexionar, decidir, cambiar; o no. No sabe por donde empezar y antes de hacerlo se plantea una tregua. ¿Es el primer síntoma de la derrota, o tal vez un repliegue estratégico? Miedo escénico mas bien.
Es duro batallar con uno mismo, intentar pillarse por sorpresa, atacarse por la retaguardia, zaherir a quien luego deberás sanar. Pero tal vez lo peor es mirarse a los ojos en el espejo y reconocer que enfrente estas tú: enemigo y aliado a un tiempo.
Sabe que sería mejor vivir sin mas, aceptar la vida como llega y disfrutarla, pero no es capaz. Algo desde dentro le obliga a cuestionarlo todo, a querer otra cosa que no sabría explicar, pero que no es lo que tiene, lo que vive.
Es el momento del despegue, no hay vuelta atrás. Esta decidido, durante 30 días pensará, sentirá, sobrevolará su existencia y seguirá viviéndola. Después del vuelo tocará aterrizar aunque sea con las alas marchitas ...

Juliki (supuestamente libre)

jueves, 30 de julio de 2009

Cuenta atrás imaginaria IV



Uno. Sabe de la importancia de ser uno, aunque a veces eso le haga sentirse solo cuando mas gente tiene alrededor.
Ahora comprende claramente que este viaje es individual. Es cierto que tiene en quien apoyarse, a quien consultar, pero hace tiempo que aunque se pare a oír no consigue escuchar. Hay un desfase entre lo que pide a gritos su interior y lo que llega de fuera. ¿interferencias? ¿hablar otros lenguajes?
No culpa a los demás, es consciente que el problema esta en él; en esa incapacidad para trasmitir sus ideas, sus inquietudes, sus deseos. ¿Como contar lo que no se entiende?
Rumia una y otra vez, como si eso le permitiera traducir, descifrar, aclarar. Al final todo queda dentro y se convierte en su propio interlocutor, el único. Su monologo interior, aunque cambiante le empieza a cansar. El preferiría el dialogo pausado, la conversación amena, la charla compartida , el coloquio instructivo ... Por eso precisamente cree que se aproxima la hora de hacer algo, de buscar nuevas vías, nuevas metas.
No se engaña. Sabe que es complicado, casi tanto como sacar un conejo de la chistera, solo al alcance de unos pocos, de los magos; pero a veces las cosas aparecen sin necesidad de truco alguno, solo hay que confiar en ello, perseverar y saber esperar ...

Juliki (en la chistera)

miércoles, 29 de julio de 2009

Cuenta atrás imaginaria III



Dos. Le gustaría poder disfrutar de cualquiera de las dos opciones que ha vislumbrado esta mañana: No tener que hacer ninguna elección o tomar la decisión correcta.
Sabe que es absurdo, porque es consciente que vivir no es otra cosa que escoger, optar, mostrar preferencias, decidir el camino a seguir. Cada elección destapa múltiples opciones y, a su vez, acarrea la perdida de otras, que en el instante de ser desechadas, dejan de ser.
Tener esa certeza de perdida le podría entristecer, pero entiende que no es momento de lamentos, de arrugarse o de parar el reloj. Hay que seguir. El tic tac la anima a continuar, pero no puede evitar que la estela de un pensamiento se cruce ante él
¿Acertará cuando llegue el momento? Seguramente no del todo. La decisión correcta no existe; sea la que fuere la que al final determine tendrá su anverso y su reverso. Será incompleta, insatisfactoria, imperfecta ... pero deberá ser suya.
Se empequeñece por momentos, le gustaría desaparecer, no tener que cambiar nada, que otro eligiera por él. No obstante cree que quiere vivir su propia vida y eso solo puede hacerse si es dueño de sus actos, si decide que su destino además del azar, depende de su actuación.
Se alivia pensando que la cuenta atrás continúa aun y mientras eso ocurra todo quedará en suspenso.

Juliki (desde el distanciamiento)

martes, 28 de julio de 2009

Cuenta atrás imaginaria II



Tres. Tres son los propósitos para el próximo mes que rondan en su mente confusa. Aun no ha abierto el tiempo de elaborar listas, pero en su cabeza, un resorte instintivo ha dado paso a las elucubraciones.
Son propuestas mas o menos claras, definidas, que pugnan por alzarse con la prioridad de encabezar el inventario de acciones a realizar. Aunque parecen rebosar vitalidad tienen un ligero aroma a rancio, a vetusto. Son aspiraciones del pasado, que una y otra vez han quedado maltrechas y arrinconadas tras la efusiva efervescencia inicial. No obstante su cerebro las canturrea con insistencia casi agotadora:
1- Madrugar y ejercitarse posiblemente en el Retiro, ese remanso de paz matutina.
2- Escribir diariamente, pero no como ahora a trompicones y aceleradamente. Quiere hacerlo pausadamente, con el reposo que requiere capturar sensaciones e ideas y esbozarlas sobre el papel.
3- Tomar decisiones para cambiar lo que no le gusta de su vida: personal, laboral, afectiva ...
Se resiste a pensar en ellas, pero el pensamiento no es algo que se pueda aparcar sin mas en el olvido. Intenta centrase en el presente en su aquí y ahora, pero el reloj esta en marcha, y su avance le arrastra hacia la inquietud. Cierra los ojos, se relaja y se vuelve a preguntar, ¿Para que ...?.
No hay respuesta.

Juliki (ajeno)

lunes, 27 de julio de 2009

Cuenta atrás imaginaria I



Cuatro. Son cuatro los días que quedan para que empiece a elucubrar planes para cambiar su vida. Primero llegará la reflexión del tipo: quien soy , donde estoy, adonde voy, que quiero cambiar... Luego comenzaran las listas, con los buenos propósitos, las intenciones de enmendar los errores...
En definitiva el engaño. El autoengaño una vez mas. ¿Cuantas veces ha repetido el proceso? Prácticamente un par de veces cada año, una al llegar el verano y, ¡como no!, cuando el año llega a su fin.
La ingenuidad le asalta una vez mas y piensa, que esta vez si, que será la buena, la de verdad; porque uno no puede seguir eternamente resistiendo.
No es consciente de la realidad, esa realidad que se impone una y otra vez y le devuelve a su vida gris y anodina; para dejar todo como estaba, como al comienzo ...
Todo no. Sobre la mesa, o pinchada en la corchera descansará una nueva lista, que ira recogiendo el polvo del día a día, amarilleando al paso de las estaciones, palideciendo con el abandono, resquebrajándose en el olvido. Será el único testigo silencioso de su nuevo fracaso, al menos, hasta que el miedo a ser descubierto le obligue a enterrarla en el contenedor de papel …

Juliki (el otro)

domingo, 26 de julio de 2009

Escuela de sufrimiento



Admiro el afán de superación, el espíritu de lucha y la tenacidad. Tal vez sea porque el esfuerzo ha formado parte del legado que mis padres aportaron a mi aprendizaje. No obstante todo tiene un limite, a partir del cual, esa lucha por llegar mas lejos roza el exceso. Me estoy refiriendo a algo que se da sobre todo en el deporte de competición, cuando nos movemos a nivel de la élite. Un ejemplo, hoy que acaba el Tour, podría ser el ciclismo. Reconozco mi mas absoluta fascinación ante la capacidad de sacrificio de estos deportistas; me quedo extasiado ante su contemplación, sobre todo en esas etapas de montaña, donde tras comerse unas barritas energéticas y unos tragos de bebida isotónica aprietan los dientes y llegan donde parece imposible hacerlo. No obstante siempre me pregunto donde esta el límite entre el esfuerzo, llamémosle razonable y el sufrimiento inconcebible. ¿Tiene lógica buscar ese limite? ¿ Es aconsejable perseguir esa quimera? ¿Es por afán de superación o son la fama y el dinero los resortes que mueven ese ímpetu?. ¿ Y hasta donde es lícito llegar?
Se que en muchas ocasiones los resultados no son consecuencia de un esfuerzo natural y algunos buscan ayudas adicionales, consumiendo ciertas sustancias. No entiendo el dopaje, nunca lo he podido comprender. No se como alguien puede dañar su cuerpo, su único bien a largo plazo, para obtener una fama pasajera o un provecho económico que sin un cuerpo sano difícilmente podrá disfrutar. Pero mas allá de estos casos la intriga sigue invadiéndome cuando intento analizarlo.
Creo que lo que realmente encierran mis dudas y preguntas es un intento por conocer los mecanismos que impulsan a los seres humanos a ir mas allá. Quizás si llegamos a entenderlos se pueda acabar comprendiendo un poco mejor el mundo que nos rodea, incluido el microcosmos interior que forma parte de uno mismo. De momento, esas y otras dudas forma parte de ese saco de preguntas sin respuesta que atesoro en mi cajón.

Juliki (buscando respuestas)

sábado, 25 de julio de 2009

Visión sublime



Me asomo a un nuevo día, con precaución. Miro a través de la cerradura para intentar atisbar lo que deparará la jornada. Es temprano y se ve gris, el sol aun no ha dado muestras de si querrá obsequiarnos con su plenitud. Hoy es posible el libre albedrío, el tiempo para que los sueños dejen de serlo, para intentar disfrutar de compañías ansiadas o simplemente sentarse a descansar.
Tres, dos, uno ¡Ya! Atravieso al otro lado y ante mi se visualizan múltiples posibilidades. ¿Atinaré en la elección? Hoy, hasta eso es posible ...


Juliki (Aspirando al relax )

viernes, 24 de julio de 2009

Amaestrar el desequilibrio



Hoy camino de la frutería he puesto la oreja. Lo hago de vez en cuando, voy caminando con el radar encendido y me dedico a captar fragmentos de conversaciones. Suelen ser banales, incoherentes, sin sentido, pero luego yo juego a completarlas, a crear una historia con pies y cabeza; inventándoles un principio o un final.
La que hoy monopolizó mi atención es peculiar. Se desarrolla entre una parejita joven, ambos bastante arregladitos, y es ella la que habla:
"... si claro, porque si tu te la tienes que cortar no pasa nada, pero imagínate ¿que hago yo si me tienen que cortar toda la cabeza? No podría ..."
Es impresionante lo que condiciona la interpretación de un hecho el visualizar o no la situación al completo. Así suelto, el retazo de conversación es suculento y da para miles de elucubraciones y conjeturas.
Al principio me planteo que es lo que el puede cortarse él sin que pase nada; claro que inmediatamente, al continuar la frase y conocer el apéndice a amputar me asalta una duda terrorífica: ¿En que tipo de especie se puede, en el caso del macho cortarle la cabeza sin que pase nada, pero no en la hembra? ¡Ya esta!, son Mantis humanoides; al macho puedes cortarle la cabeza mientras copula sin que pase nada negativo para el mantenimiento de la especie. Miro de reojo a la parejita, ella es mona pero no puedo evitar sentir un cierto repelús. La visualizo sensual, cameladora, engatusando al pobre incauto que no puede resistirse a sus encantos sin saber lo que le espera. Desconoce el pobrecillo que no es otra cosa que una potencial bolsa de semen, que en breve pasará de éxtasis de la consumación a perecer decapitado; eso si contribuyendo a perpetuar la especie. Lástima chaval, parecías majete ...
Continuo mi camino y me cruzo con una señora que me mira y esboza una sonrisa, que interpreto como insinuante. Acelero el paso y me refugio en la frutería, me palpo el cuello aliviado. Sigue ahí, en su sitio, pero quien sabe si he estado a punto de perder la cabeza ... ¿Estaré rodeado de mantis-humanoides?
Ya me vale, se me va la pinza, tengo que controlarme o acabaran encerrandome. Vuelvo a mi compra (Plátanos, melocotones, ciruelas ...) Pido una sandia, por si acaso. ¡Total! Visto como funcionan mis conexiones neuronales, es una opción mas que valida para una posible sustitución de emergencia.

Juliki (¿Insensato o delirante?)

jueves, 23 de julio de 2009

Releer el instante



Llevo unos días apacibles y eso me asusta. Se que no debería, pero después de una época así, aparentemente tranquila, temo el sobresalto. Aun queda una semana de este mes y ya he leído los libros que me había propuesto. Eso es significativo. Si leo sosegadamente es porque la calma chicha domina mis tardes. Se que tengo a varios amigos abandonados, que debería cuidarlos y dedicarles tiempo, pero desde que "salí" del túnel, estoy egoísta, con la necesidad de dedicarme tiempo. Disculpadme, prometo reformarme, aun no se cuando, pero lo haré.
Alguno estará flipando ¿Que te planteas lo que vas a leer como si fueran objetivos a alcanzar? Se preguntará.
Algo así. No es una obligación, es un propósito. Me gusta leer, tres libros al mes es lo óptimo; aunque con dos me doy por satisfecho. Si son menos , o sea uno o ninguno, es que estoy jodido y mi vida es un sin dios. No es matemático, en ocasiones leo mas, pero suele ser para huir de la realidad y entonces mi vida también es un desastre, pero al menos durante horas me evado y vivo la vida de otros.
Soy un lector compulsivo, desde pequeño. No recuerdo cuando empecé, si recuerdo que eran libros de mi hermana. Sisi emperatriz y alguno de los Cinco. Era lo poco que había en la librería del salón. Luego descubrí las bibliotecas y recuerdo que no sabía por donde empezar...
Soy posesivo con los libros, sigo usando las bibliotecas, pero a veces me asalta la necesidad de apuntar, subrayar, anotar ... y no esta bien hacerlo en los libros comunes. Por eso empecé a comprarlos. Luego paré, durante unos años, los primeros de pagar la hipoteca, racioné la compra hasta casi anularla. Fue duro, pero es parte del pasado. He vuelto a las andadas, aunque intento controlarme, sobre todo porque en mi casa de 27 metros cuadrados me acabarían invadiendo; tal vez al final lo hagan.
Acabo se decidirlo, de mayor quiero ser lector, en cuanto crezca me pongo a ello.

Juliki (admirador del libro)

miércoles, 22 de julio de 2009

Masticando un reproche



Me voy haciendo mayor y cascarrabias y hay cosas que me pueden. Si, ya se que soy peculiar, que no tengo arreglo, que mi mente es cuadriculada y que debería estar mas abierto a otras formas de ver la vida, pero me vais a perdonar, hay situaciones que me superan. Recuerdo cuando era un adolescente al uso; disconforme, reaccionario y dispuesto a reivindicar un montón de historias que hoy pueden parecer absurdas pataletas de púber. Como éramos pobres hacíamos botellón, cuando aun no tenía ese nombre, en algún que otro parque o descampado. Siempre al acabar, fuera cual fuera el estado de cocimiento por la ingesta de calimocho o similares, recogíamos la basura generada y la depositábamos, eso si, con movimiento errático y sinuoso en la papelera mas próxima. De toda la vida de dios, ese esfuerzo nimio es un acto de sentido común, que parece no invadir a muchos de los que hoy pasan por ser seres humanos. Me irrita sobremanera que la gente sea guarra, y deje la calle como un estercolero, cuando con un mínimo esfuerzo podría recogerlo, dejarlo limpio, vamos como estaba. Esa indiferencia por el entorno, esa desgana del "Y que mas da" que invade a mucha gente, me indigna enormemente y me hace palpitar la vena. Si además se escudan en entúpidas frases del tipo: "Así ayudo a mantener el puesto de trabajo del barrendero" o "Ya que pago mis impuesto que se ganen el sueldo", acaban con mi paciencia. Esta bien ser joven, pobre y querer divertirse de forma económica, pero porque eso debe estar reñido con mantener limpio el espacio por el que transitas y vives.
Es igual que la gente que tira los papeles al suelo cuando tiene una papelera a medio metro. A veces no puedo contenerme y les digo "Se te ha caído", otras me dan ganas de seguirles hasta su casa y dejarle una bolsa de basura en su puerta; al final tristemente me resigno sin mas.
Algo esta fallando en el proceso de control de calidad en la fabricación de personas. Lo malo es que no se a quien reclamar ...

Juliki (Abuelete quisquilloso)

martes, 21 de julio de 2009

Refundar el mundo



España, siglo XXI. Año 2009. Atrás quedan épocas anteriores en las que la mujer tenía que pedir autorización a su marido para disponer del dinero de su cuenta y si se iba de casa se la podía denunciar por abandono del hogar. Afortunadamente eso es historia, ahora hemos evolucionado y se nos llena la boca de igualdad, fin del machismo y liberación sexual. Palabras que se lleva el viento, que lo hechos cotidianos refutan una y otra vez.
Día si y día también una mujer muere a manos de su pareja, que después intenta suicidarse quizás a causa del arrepentimiento. ¡ Lástima no se suicidara primero el ...! Pero eso se ha convertido en algo tan cotidiano que a los medios de comunicación solo les importan como datos estadísticos; para saber cuantas van a lo largo del año y si son mas o menos que el año anterior. Para nosotros también pasan a ser solo números, olvidando las vidas truncadas por el desfasado: "La maté porque era mía"
Uno quiere pensar que esos hechos y otros similares son reminiscencias del pasado, que aun las viejas generaciones conservan un lastre educacional que poco a poco irá desapareciendo.
Julio del 2009. No hablamos del pasado, ni de la vieja escuela, ni de personas adultas con rémoras culturales a cuestas. Nos referimos a las nuevas generaciones, educadas en la igualdad, en el respeto, que han mamado la erradicación del machismo, de la xenofobia. Hablamos del futuro, de los próximos dirigentes del país, los que dictarán las leyes, los que se encargarán de que se respeten y crearán los modelos del mañana ...
En poco mas de una semana, dos grupos de esos jóvenes del futuro, actuando en manada han violado a sendas menores. No hay palabras para expresar la incredulidad primero y el horror, la decepción después.
Si esto es superar el pasado, si la educación actual conduce a esto, algo esta fallando y deberíamos planteárnoslo rápidamente, antes de que sea tarde. Hemos pasado de la represión pertinaz al todo vale y en algún punto del recorrido hemos perdido el rumbo. El futuro no puede ser esto ...

Juliki (de la vieja escuela)

lunes, 20 de julio de 2009

Lluvia marchita



Hoy me levanté nublado, sabía que a lo largo del día me alcanzaría la tormenta. Notaba como en los cúmulos que rodeaban mi cabeza se iban condensando gotas de pesimismo. La duda consistía en averiguar si tendríamos chubasco pasajero o aguacero persistente.
Las primeras gotas no te sacan de dudas, pero son refrescante, le hacen a uno salir del letargo de la indiferencia. Si el chaparrón amaina pronto y no refresca lo suficiente, el calor se meterá en casa; el resultado es que uno vuelve a su introspección autoflagelante.
Si la tromba es repentina y demoledora uno puede calarse hasta los huesos y reaccionar con una carcajada; para reírse de uno mismo y de la humanidad, con la certeza de que escampará en breve.
Puede llegar el diluvio, pero ante él, el cuerpo reacciona, la mente se rebela y el instinto de supervivencia te hace salir a flote, aunque sea agarrado a un tablón. Deja secuelas, pero aparecen después, cuando uno esta a salvo y ha superado el naufragio.
Hoy tocó llovizna, lenta, pausada, pertinaz, de duración indefinida; de esa que parece que no moja, pero en realidad cala por dentro y por fuera. Es la peor, comienza silenciosa, con esa constancia del perro de presa. Se adhiere a la ropa, la traspasa, llega a los poros de la piel y una vez allí se difunde al resto del cuerpo. Es entonces cuando uno pierde consistencia, deja de ser él; se licua y se convierte en charco del desánimo.
Mañana, tal vez el sol lo evapore hasta transformarlo en brisa alentadora, pero tendrá que ser mañana ... si es.

Juliki (Capeando el temporal)

domingo, 19 de julio de 2009

Fluir de identidades



Los aeropuertos son lugares peculiares. Allí conviven personajes variopintos, contraste de sentimientos y velocidades variables. Ayer llegué con tiempo, siempre suelo hacerlo. Me gusta no solo ser puntual, si no llegar sobrado. ¿Quien sabe?, quizás tenga que ver con mi afán ilusorio de que el tiempo no se me escape y tomarle la delantera.
Leí un rato, pero no pude resistirme y me senté a observar. Es curioso examinar a los que esperan; algunos se exasperan por el paso del tiempo, otros se aburren y el tedio de la demora los consume, la impaciencia de otros es consecuencia de la emoción contenida. También los hay que esperan hastiados, por obligación y sujetan estoicos su cartelito. "Jennifer Montesinos" a la espera de que la susodicha, a la que no conocen, se les acerque. ¿que pasaría si alguien decidiera suplantar a la Srta. Montesinos? ¿Cuanto tardaría en ser descubierta?
Algunos iban presurosos, seguramente deseosos de llegar a su destino; otros andaban renqueante, como apurando al máximo su viaje, porque el regreso significa el final de la aventura.
Conviven muestras de efusividad y cariño desmedido, con la mas absoluta indiferencia. Es llamativo ver el besuqueo continuo y los abrazos repetitivos de unos, mientras otros se deslizan solitarios y altivos, seguramente envidiosos por no sentir el arrullo de los suyos.
Continuo ir y venir, ligeros de equipaje, con maletas grandes y pequeñas; con ropas elegantes o desenfadadamente veraniegas. Es un fluir sin fin de personas dispares con la maleta llena de sueños, problemas, ilusiones ...
Al final me fui. Nadie suplantó a Jennifer Montesinos, pero ella tampoco apareció ...

Juliki (Captando regresos)

sábado, 18 de julio de 2009

Desacuerdos irrisorios



Uno siempre discute, regaña y se desahoga con la persona mas próxima. Aquellas que nos conocen tan bien que en ocasiones saben cosa sobre nosotros, que nosotros mismos ignoramos o no queremos reconocer. En realidad uno se conoce así mismo mejor, pero a veces se pierde la perspectiva y uno se obceca. Es entonces cuando deberíamos aprender a escuchar a los otros: Pareja, amigo, familia ... Los que nos quieren, los que estan a nuestro lado, aquellos con los que hemos decidido compartir.
Llevo unos días sin discutir, sin que me regañen y se me hace raro. Creo que me falta esa sensación cotidiana de “enfadicarme“, para después desenfadarme. Para mi está claro que entre los múltiples placeres de la vida uno de los mas dulces es la reconciliación.
Hoy vuelve mi pareja después de unos días de ausencia y aun no se si besarla primero y discutir después o si, como seguramente ocurrirá, me regañara antes de poder hacerlo. Da igual, lo importante vendrá después …

Juliki (Impaciente)

viernes, 17 de julio de 2009

Enigmas irresolubles



Viernes de Julio que llega renqueante. ¿O tal vez seré yo? Ha pasado el ecuador del mes, pero aun queda otro trecho por recorrer. Después libertad condicional, solo provisional y seguramente engañosa. Este año, antes, contra mi voluntad, saltándose lo acordado. Son lentejas.
Los días siguen pasando, estoy atrapado y no encuentro la salida. ¿Donde esta la puerta? Cada uno debe tener una puerta, su puerta, por la que poder salir o entrar. Todo depende de si uno huye o busca. Encontrarla, ese es el desafío ...
Y si no aparece, siempre podemos utilizar la imaginación y así evitamos que se atrofie. Ahora solo queda abrirla y ver que esconde detrás. ¿Te atreves?


Juliki ( Indeciso)

jueves, 16 de julio de 2009

Vigía irreverente



Hace tiempo escuché o leí la noticia en alguna emisora o periódico y dado que era un futurible no la analicé en profundidad. Estas últimas semanas ante la aparición de unos carteles en el barrio me planteé ahondar en el tema: Vídeovigilancia en Lavapíes.
Resulta que no es un futurible, es realidad, esta aprobada su instalación para este verano y comenzaran a funcionar en Navidad.
La primera sensación es de escalofrió. No puedo evitar pensar en 1984 o V de Vendetta y sentirme indefenso.
Si, es cierto que la propaganda institucional va a vendernos la idea de que es por nuestra seguridad, para acabar con la delincuencia, los robos, las felonías de los malos ...
La pregunta que me surge es antigua y creo que sigue sin respuesta: ¿Quien vigila al vigilante? Y con ello me refiero a: ¿Sabemos como funcionan las cámaras? ¿Quien tiene acceso a ellas? ¿Cuanto tiempo van a permanecer archivadas las imágenes? ¿Que uso se van a hacer de las mismas? ¿ Y quien nos garantiza que igual que es irrelevante aceptar unos trajes de unos corruptos, no lo será en el futuro que dichas imágenes pasen a otras manos? Eso si, en ese caso supongo que será también por nuestra seguridad ...
Pongo a funcionar la balanza, la seguridad en un lado; libertad, privacidad, presunción de inocencia en el otro... Lo tengo claro, no quiero perder lo segundo para que supuestamente mejore lo primero. Además, nadie me garantiza mayor seguridad con las cámaras porque no van a evitar lo que ocurra. Las Cámaras son solo una medida disuasoria no preventiva ¿ No sería mas lógico y económico invertir el dinero en la prevención?
No me gusta la medida, reconozco abiertamente que me da miedo simple y llanamente porque no me fío de los que la ponen en marcha, ni me acabo de creer que solo se utilice para mejorar nuestra seguridad. No me gusta sentirme vigilado. No quiero sentirme cohibido por saber que estoy siendo grabado. No quiero que se coarte mi libertad. No necesito que nadie me vigile, porque ya lo hago yo, cada día.
Hace tiempo leí una frase: La anarquía es la máxima expresión de orden, donde uno debe vigilarse a si mismo y aprender a controlarse, evitando perjudicar a los otros.
Tal vez la mayoría aun no ha aprendido o no quieren aprender, por eso necesitan sentirse vigilados. En el fondo, lo que les da mas miedo, es lo que ellos mismos pueden llegar a hacer. Somos imperfectos ...
Lástima que en la sociedad actual la anarquía sea tan solo una utopía.

Juliki ( ¿Anarco? )

miércoles, 15 de julio de 2009

Rescatado del olvido IX



No soy un luchador, me gustaría, pero me falta madera de héroe. Tampoco se si me gustan los luchadores sin mas, quizás prefiero a ese otro tipo mas en la sombra, mas callado, pero igual de obstinado al enfrentarse a los acontecimientos que es el resistente. Hoy vuelvo al pasado para mezclando recuerdos de infancia y reflexiones de adulto, hacer un homenaje a una de las mujeres de mi vida. Amalia, mi abuela, la resistencia hecha mujer.
Muchas veces digo aquello de “cómo decía mi abuela …“ Ahora ella ya hace tiempo que no cuenta nada, pero en mi memoria algunas imágenes de ella perdurarán siempre.
La recuerdo pequeña, enjuta, casi consumida, impasible, de luto riguroso, sentada en su silla en el salón , callada, esperando … Me imagino que esperando el paso del tiempo, como aquel que ha cumplido su tarea, y hace recuento de los sufrimientos (muchos) y las alegrías (menos) con que la vida la obsequió. Entre sus alegrías, la mayor, haber llevado a buen puerto la tarea de criar a sus tres hijos y verlos formar sus propias familias; entre las tristezas la de haber tenido que hacerlo sola …
Mi abuela pertenecía a esa generación de mujeres que lidiaron con la guerra; esas mujeres que sin prácticamente nada tuvieron que luchar para sacar adelante a los suyos. La guerra se llevó por delante a su marido, y estuvo a punto de llevársela a ella también. Pudo salvarse solo gracias a un milagro: El milagro de la vida … La vida que albergaba en su seno, y que cuando con la cabeza rapada iba camino de ser ejecutada, descubrieron sus verdugos. La estrecha línea que hay entre la vida y la muerte, situó a mi abuela en ese pueblo extremeño donde las embarazadas no eran ajusticiadas, si hubiera estado doce kilómetros mas allá, en el pueblo de al lado, otra suerte habría corrido … y yo no estaría aquí recordándola.
Mi madre era esa vida incipiente, aquella niña que nacería huérfana y que estuvo a punto de no llegar a ser …
Mi abuela aunque era analfabeta, trabajó sin descanso, limpió, fregó, pidió, obedeció, se humilló ante los que habían acabado con su marido, para que a sus hijos no les faltara para comer. Ella con su coraje venció a la adversidad y se sobrepuso a los avatares del destino y un día cuando sentada en su silla parecía que ya no le quedaba nada por hacer, resurgió en todo su esplendor.
Nunca olvidaré esa imagen, fue el día de las primeras elecciones de la democracia, se calzó sus mejores ropas, tomó su ajado DNI y fresca como una rosa se fue a votar. Parecía mas alta, mas fuerte, como si algo en su interior hubiera cambiado y no tuviera nada que ver con aquella mujer débil que se consumía lentamente en su silla. A su regreso le pregunté ¿abuela a quien has votado? Noté como su mandíbula se tensaba, sus ojos brillaban y mientras me acariciaba la cabeza, me dijo orgullosa. Hoy no he votado yo, hijo, lo ha hecho tu abuelo, que lleva mucho tiempo en su tumba anónima esperando para poder hacerlo … toda una vida.
Compartí durante años los sueños con mi abuela, ambos dormíamos en el salón, en casa de mis padres. Ese mágico espacio que pasaba de ser el centro neurálgico de la vida hogareña, a transformarse en el dormitorio de espacios milimétricamente calculados al caer la noche. El tiempo fue pasando y un buen día una estupidez de jovenzuelo hizo que cometiera un error que me impediría despedirme de ella. Mi abuela marchaba al pueblo a pasar unos días en verano, como todos los años y el coche de línea pasaba a recogerla por casa. Era una empresa familiar que recogía diariamente a los clientes en sus casas para dejar a cada uno en su lugar de destino; era un servicio de puerta a puerta que solía acumular descomunales retrasos en las recogidas y eternizaba la duración de los viajes. Esa tarde yo estaba jugando un partido de fútbol y cuando llegó la hora de despedir a mi abuela quedaban cinco minutos para concluir el encuentro; debido a las ausencias veraniegas yo había pasado del habitual puesto en el banquillo a poder jugar y decidí apurar al máximo esa inusual oportunidad. A finalizar, no me despedí de mis compañeros, salí disparado y llegué al portal sin aliento, allí encontré a mi padre, pero ni señales de mi abuela. Pensé que aun no habría bajado, pero sin haber aun recuperado el resuello, mi padre con un comentario osco me sacó de mi error. Ya se fue y tu haciendo por ahí el tonto no te has despedido de ella. Esas palabras resonaron en mis oídos con incredulidad. No podía ser, siempre llegaban tarde a recogerla. Nunca cinco minutos de fútbol pesarían tanto en mi vida y dejarían una huella tan profunda y dolorosa en mi niñez.
Unos días después mi abuela enfermaba en el pueblo y en pocos días su corazón, tal vez fatigado del dolor, del sufrimiento acumulado en su vida, se fue frenando hasta pararse.
Mientras escribo esto visualizo al niño Juliki sentado en el peldaño del portal, con la respiración entrecortada, las manos en la cabeza, y maldiciéndose por no llegar a tiempo, por no poder decir ese adiós, que aunque en ese momento no lo supe hubiera sido el último.
Cuando voy a casa de mis padres observo la ajada silla donde se sentaba, es un recuerdo vivo que si entorno los ojos puedo hacerlo revivir. Cuando llega la hora de comer y la mesa esta puesta acerco la silla y aunque mi madre insiste en que use otra mejor y mas cómoda, yo me obstino en usar esa.
Se que no tiene sentido, pero cuando me siento en ella, me hago la ilusión de que en otro contexto, y de forma muy diferente aquel espíritu de resistencia continua y perdura en mi.


Juliki (Resistente genético)

martes, 14 de julio de 2009

Endeble fortuna



Hay días que sin ser especiales son afortunados. Hoy salí del trabajo cansado, un nuevo día anodino que paso sin mas. Iba pensando a que dedicaría el resto de la tarde cuando, llovida del cielo y con gran estruendo, una escoba aterrizó a mis pies. Mire al cielo ante la posibilidad que tras la escoba cayera del cielo la bruja que la pilotaba y esta si acabara por aplastarme. No, en el cielo solo se veía un azul uniforme y un sol atronador que lo llenaba todo de una luz cegadora. ¿De donde había surgido el cepillo? Observé al edificio contiguo y allí encaramado en un balcón, un renacuajo con sonrisa picarona y mirada traviesa se manoseaba el pito sin decir ni pío.
- ¿La has tirado tu?
Silencio mas sonriente aun.
- Anda, avisa a mamá.
Se balanceo ligeramente mientras seguía jugando con el "muñeco".
- Hola, hay alguien en la casa, ¿podría asomarse alguien por favor?.
Salió la que debía ser la abuela.
-Que el niño debe haber tirado la escoba, te la dejo aquí junto al portal ...
- Ah, vale muchas gracias, ahora bajo por ella.
Seguí mi camino, incapaz de volver a mis pensamientos. El canijo me había contagiado su sonrisa cómplice. Había tenido suerte, la escoba asesina no logró su objetivo, seguía vivo y sonriente y eso, hoy por hoy, es una enorme fortuna.

Juliki (Esquivando obstáculos)

lunes, 13 de julio de 2009

Mártir de la sensatez



Mañana es el último encierro de los San Fermines de este año, después los mozos cantaran el "Pobre de mi", se desmantelara la parafernalia festiva y en unos días todos a su vida cotidiana. Bueno, todos no. Para el muerto (su familia mas bien) y los heridos de este año seguro que la vida ya no vuelve a ser la misma.
Cuando era joven, creo que han pasado mas de 20 años, yo también fui a conocer lo que eran los San Fermines. Recuerdo el bullicio en la calle, el calimocho corriendo a raudales, a los güiris borrachos dejándose caer desde lo alto de una fuente (en la confianza de que los de abajo lo recogerían antes de impactar en el suelo), los encierros, y las latas de fabada reconstituyentes antes de tumbarnos exhaustos en cualquier parque metidos en el saco ... Fue una experiencia, una mas de aquellos años jóvenes. Me impactó, supongo que por aquel entonces me encantó y he de decir que fue muy instructiva. Compartí momentos entrañable y aprendí muchas cosas que nunca haría, entre ellas correr delante de un toro en un encierro. No se si es por cobardía, sentido común o simplemente porque estoy hecho de otra pasta (de peor calidad seguramente), pero me parece una forma gratuita de jugarse la vida.
Se que es una tradición, que la gente de allí lo mama desde su mas tierna infancia. Se que el subidón de adrenalina de esos segundos, tal vez minutos, en los que el toro se aproxima deben proporcionar una sensación de vitalidad suprema. Debe ser algo así como una mezcla entre la satisfacción por sobrevivir y la invulnerabilidad mas absoluta, pero me pregunto si merece la pena. A mi claramente no, aunque es obvio que hay y seguirá habiendo gente a la que si.
Igual que hay montañeros que pierden, en el mejor de los casos, algún dedo subiendo a altas cimas una y otra vez; u otros que deciden jugar a la ruleta rusa, yo opto por la "tranquilidad" de una vida corriente. Donde las dosis de adrenalina estan mas racionadas, aunque no nos engañemos, también te pueden matar...

Juliki (¿Pobre de mi?)

domingo, 12 de julio de 2009

Hambre de utopías



Soy un cursillista nato. Supongo que esa "afición" es consecuencia de mi afán por el aprendizaje. Hay personas que odian los cursos y los consideran una perdida de tiempo: Son los autodidactas, a los que yo admiro, pero en mi caso necesito que alguien que sepa me enseñe los rudimentos iniciales. Esa iniciación me da cierta seguridad a la hora de aprender y me permite investigar por mi cuenta, partiendo de una base mas sólida.
Mi estado anímico va sufriendo una serie de transformaciones antes de realizar un curso. Comienza con una sensación similar a la euforia cuando encuentro un curso que es de mi interés. El sentimiento se transforma y llega a rozar el pánico cuando me asaltan múltiples dudas ¿Debería apuntarme? ¿No es demasiado caro? ¿Merecerá la pena? Después de varios días de deshojar la margarita, me decido y eso me conduce a un estado próximo a la placidez, que se prolonga hasta los días previos al comienzo del curso. La inquietud es lo que predomina el día de comienzo, y según se desarrolla el curso suelo alternar momentos esperanzadores (mas como un deseo que una realidad ) y el desengaño. Al final, siempre me defraudan. Puede ser que mis expectativas sean demasiados excesivas a priori, o que en realidad los cursos no suelen realizarse pensando en formar al personal, sino como un mecanismo de recaudación. Si, seguramente ese sea el aspecto preponderante a la hora de diseñar los curso, sacar pelas. Por eso suelen contar con demasiados alumnos, profesores no excesivamente motivados y temarios que no se completan o dejan mucho que desear. La pregunta es ¿A quien culpar? ¿A los organizadores que buscan solo su interés?, ¿A los profesores que acceden a impartir cursos masificados? ¿O a los propios alumnos que repetimos una y otra vez la experiencia?
Y yo ¿por que sigo intentándolo una y otra vez? Primero porque siempre se aprende algo y en segundo lugar porque continuo con la esperanza de encontrar el curso perfecto. Como en tantas otras cosas en esto también soy un romántico empedernido ...


Juliki (Empeño o testarudez)

sábado, 11 de julio de 2009

Derrotas íntimas



Después de la ausencia llega el reencuentro. Vuelvo a la tarea de reescribir mi existencia. Si, reescribir porque generalmente uno hace una primera escritura de los episodios de su vida, cuando los vive. Luego los reinterpreta y se los cuenta a los demás, como suelo hacer aquí, reinventando tal vez. No se si realmente lo que cuento es literal o mas bien suele ser una fabulación de como uno interpreta lo vivido día a día, esa reescritura de la realidad.
Vuelvo como me fuí: confuso, desilusionado, cansado ... Sabiendo un poco mas y a la vez siendo un poco mas ignorante.
He escuchado múltiples historias, reales e imaginarias; unas me dejaron indiferentes, otras ya forman parte de mi.
He tonteado con las palabras, he jugado a contar historias, a imaginarlas, a revivirlas. Ha sido divertido y frustrante a la vez, pero creo que he disfrutado, a pesar de las horas robadas al sueño, de la semana de agotamiento sin fin. Hoy recupero fuerzas y retomo todo aquello que aparqué, aun con el regusto sabroso que la novedad de días atrás me dejó, pero sabiendo que el sabor anodino de la cotidianidad vuelve a ser mi menú.
Siempre queda la posibilidad de hacer otra escapada, un nuevo paréntesis para jugar a hilvanar sueños una vez mas …

Juliki (¿paréntesis o tregua?)

domingo, 5 de julio de 2009

Interrupción eventual



A partir de mañana echo el cierre al blog. No me voy de vacaciones aunque ya me gustaría, simplemente me tomo un respiro para hacer un curso.
En ocasiones es difícil encontrar un hueco para escribir diariamente y los próximos días va a resultarme imposible. Creo que además será bueno distanciarme, incluso plantearme volver paulatinamente, escribir en días alternos, soltar menos rollos patateros ... No se, ya veremos pero de momento apago la luz, bajo la persiana y dejo que la palabras reposen una temporada.
El silencio puede también contar historias, aunque sean mudas.


Juliki (desvanecido)

sábado, 4 de julio de 2009

Sanar las perdidas



Hoy tengo un cumpleaños. Nunca me gustaron demasiado este tipo de celebraciones. Bueno en realidad no soy demasiado amigo de las fiestas, porque las reuniones tumultuosas no me agradan. Estás con mucha gente, pero al final no llegas a hablar de nada interesante prácticamente con nadie.
Este es un cumpleaños atípico, para empezar se juntan personas de procedencias muy dispares, la mayoría somos ya talluditos para hacer botellón en un parque y lo mas llamativo: el cumpleañero, no cumple años y además no va a aparecer en su festejo.
No es que nos de plantón de última hora, todos sabíamos que no vendría. No nos había invitado, no podría hacerlo porque esta muerto. Me paralizo tras escribir la palabra, pero es así. Físicamente es una realidad irrefutable a la que ya deberíamos habernos acostumbrado. Otra cosa es la memoria que una y otra vez refuta su muerte. Porque Lepe sigue vivo en nuestro recuerdo. Lo estuvo el año pasado cuando nos juntamos unas cuarenta personas en su primer cumpleausencia y lo estará hoy en su segundo cumplerecuerdo. A el no le gustaba repetir el mismo lugar y un año tras otro se esforzaba por buscar un bar nuevo y peculiar donde convocarnos. Nosotros repetimos sitio, yo creo que a el le gustaría, el parque de las tetas desde donde se puede contemplar ese Madrid donde el vivía.
Hoy se que me tocará apretar los dientes en algún momento, ante algún abrazo, frente a alguna evocación; pero hoy es un día sobre todo para, como tan bien sabía hacer el, juntar personas y disfrutar en su compañía. Hoy nos reunimos para hacernos compañía ante su ausencia y disfrutar de su recuerdo, como si estuviera entre nosotros ...

Juliki (rememorando)

viernes, 3 de julio de 2009

Ladrillos de espuma



Vivimos rodeados de muros: físicos, emocionales, imaginarios ... Unos ajenos, levantados por los otros para protegerse de nuestras miradas; otros propios para aislarnos de la tentación de mirar mas allá.
A veces uno rasca en la pared y lo que parecía ser un obstáculo infranqueable se torna frágil, quebradizo y nos muestra una realidad amable que nada tiene que ver con esos enemigos, esos fantasmas, esos miedos que se suponía nos acechaban al otro lado. Aquello de lo que uno se protege, de lo que intenta evadirse, en ocasiones, cuando se decide a encararlo ha desaparecido, huido, se ha volatilizado ...
¿A que esperamos para mirar al otro lado de la tapia, para suprimir las barreras?

Juliki (Cucharilla en mano)

jueves, 2 de julio de 2009

Perniciosa utopía



Soy pobre, vamos quiero decir que vivo de mi trabajo, como la gran mayoría. Cuando era jovencito me costaba mucho entender el sistema de retribución del trabajo en la sociedad. Aun hoy en día me resulta difícil comprender ciertas situaciones, pero me voy acostumbrando ¿o debería decir resignando? Quizás es que soy un poco idealista y por aquel entonces, aun "virgen" de desengaños debía de serlo mas.
Tenía antaño una especie de idea-teoría para la retribución por el trabajo realizado. Partía de un concepto, creo que lo llamaba trabajo útil, por el cual todo aquel que desempeñaba una labor de manera satisfactoria debería percibir un salario. Dichos emolumentos serían idénticos a igualdad de utilidad. Así pues, un médico y un barrendero deberían recibir igual salario, dado que su trabajo era igualmente útil y necesario. Se que muchos llegados a este punto se rasgaran las vestiduras y alegaran multitud de objeciones: ¿ y el tiempo dedicado por el medico en su formación? ¿y la responsabilidad de cometer un error? Pues si, yo podría intentar esgrimir torpemente que nadie le obliga a ser médico, que su recompensa es la satisfacción de salvar vidas, y en lo personal los conocimientos adquiridos ...
Al final acabaría acorralado y tendría que reconocer que en esta sociedad, esas ideas son perogrulladas, irrealizables e irreales.
Al día siguiente me levanto y en las noticias escucho que un equipo de fútbol ha pagado 35, 63 y 98 millones de euros respectivamente por tres jugadores de fútbol. Pienso por un instante la cantidad de vidas que se podían "apañar" con esas cifras; como ese dinero bien distribuido o dedicado al bien común, a "obras sociales" podrían cambiar realidades y mejorar el mundo.
Me pregunto quien esta equivocado si el iluso adolescente del trabajo útil o los dirigentes de dicho equipo dilapidando el dinero.
Sigo escuchando las noticias y perplejo descubro que 50.000 personas acudieron a la presentación de uno de esos jugadores abarrotando el estadio. No hay duda el equivocado soy yo, a ellos les avalan una ingente cantidad de personas, y ya se sabe, en democracia la mayoría tiene el poder de decidir y … la razón.
Debería salir de mi error, colgar las botas de la tozudez y abandonar la irrealidad en la que vivo; tal vez tendría que acudir a la próxima presentación de futbolero de turno, como cura, terapia o regreso a la realidad.

Juliki (Utópico e irreal)

miércoles, 1 de julio de 2009

Semblante atónito


Añadir imagenA veces la vida nos da sorpresas, yo llevo una temporada esperando alguna que me haga reaccionar. Estoy atento para que no pase de largo, pero mucho me temo que se me han adelantado. A veces hasta los seres inanimados son mas expresivos que nosotros mismos ...


Juliki (ojo avizor)