domingo, 19 de julio de 2009

Fluir de identidades



Los aeropuertos son lugares peculiares. Allí conviven personajes variopintos, contraste de sentimientos y velocidades variables. Ayer llegué con tiempo, siempre suelo hacerlo. Me gusta no solo ser puntual, si no llegar sobrado. ¿Quien sabe?, quizás tenga que ver con mi afán ilusorio de que el tiempo no se me escape y tomarle la delantera.
Leí un rato, pero no pude resistirme y me senté a observar. Es curioso examinar a los que esperan; algunos se exasperan por el paso del tiempo, otros se aburren y el tedio de la demora los consume, la impaciencia de otros es consecuencia de la emoción contenida. También los hay que esperan hastiados, por obligación y sujetan estoicos su cartelito. "Jennifer Montesinos" a la espera de que la susodicha, a la que no conocen, se les acerque. ¿que pasaría si alguien decidiera suplantar a la Srta. Montesinos? ¿Cuanto tardaría en ser descubierta?
Algunos iban presurosos, seguramente deseosos de llegar a su destino; otros andaban renqueante, como apurando al máximo su viaje, porque el regreso significa el final de la aventura.
Conviven muestras de efusividad y cariño desmedido, con la mas absoluta indiferencia. Es llamativo ver el besuqueo continuo y los abrazos repetitivos de unos, mientras otros se deslizan solitarios y altivos, seguramente envidiosos por no sentir el arrullo de los suyos.
Continuo ir y venir, ligeros de equipaje, con maletas grandes y pequeñas; con ropas elegantes o desenfadadamente veraniegas. Es un fluir sin fin de personas dispares con la maleta llena de sueños, problemas, ilusiones ...
Al final me fui. Nadie suplantó a Jennifer Montesinos, pero ella tampoco apareció ...

Juliki (Captando regresos)

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