lunes, 8 de junio de 2009

Dialogando con el silencio



Hoy hace un día gris, de esos que tienen esa luminosidad extraña, que hace daño a la vista. Cuando he salido a la calle después de comer, se ha levantado una tremenda ventolera, que era la antesala de una tormenta breve pero intensa. Las personas se refugiaban en los soportales o aceleraban el paso buscando cobijo. Yo he seguido andando como si nada. Me gusta esa sensación de pasear bajo la lluvia, no se porque pero me relaja. Me gusta llegar a casa, quitarme la ropa empapada y ponerme otra seca; esa permuta me trasmite una enorme sensación de calidez. Suelo imaginar que mientras camino bajo el aguacero mis problemas se van diluyendo, mis penas se lavan ... y así uno puede volver a afrontar el día como si empezara de nuevo: limpio, recién duchado.
He preparado una infusión, he buscado al abrigo de la manta en el sofá, y así, intercalando sorbitos de té con tragos de reflexión y algún canapé de lectura me dispongo a pasar la tarde: leyendo, pensando descansando...
En ocasiones es necesario hacer un alto en el camino para repensar lo acontecido, para soñar con lo que ha de ocurrir o simplemente disfrutar de la calma que acompaña a la tormenta y disfrutar del placer de pararse a escuchar.


Juliki (¿oyendo o escuchando?)

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