jueves, 18 de junio de 2009

Abaco de incertidumbre



Cada cosa tiene su precio, parece ser que las personas también, pero ese es otro tema para tratar en otra ocasión. No puedo evitar siempre que me dispongo a adquirir algún articulo una doble pregunta: ¿Cuánto cuesta? ¿Cuánto vale? Usando mi torpe apreciación suelo llegar a la conclusión de que ambas respuestas nunca coinciden …
Para ser justo intento imaginar el esfuerzo y dedicación que se ha invertido en la creación de cualquier objeto y/o servicio, pero siempre me quedo con la impresión de que cuesta demasiado y vale excesivamente poco. Intento entender que en la economía moderna, esa de la que no tengo ni “repajolera” idea, al evaluar el coste de un producto hay que tener en cuenta multitud de factores tipo: publicidad, financiación, distribución … que encarecer el precio final, pero no suele servirme como explicación para justificar el elevado importe que me solicitan para poder adquirirlos.
Se que existen auténticos expertos en la compraventa de bienes, que nunca llegan a ver y que pasan de unas manos a otras de manera casi virtual. Me cuesta hacerme a la idea, quizás porque mi cabeza en materia de economía es primitiva e intenta reducirlo todo al desfasado trueque, que aunque anterior a mi existencia, me parece una forma mas razonable, justa y cercana de intercambio de mercancías.
Dicen que hay dos maneras de hacer dinero: Una es vender mucho con un beneficio pequeño, la otra que me parece predomina en la sociedad actual, es vender poco, mucho mas caro y en consecuencia con un beneficio infinitamente mayor, empleando para ello un menor esfuerzo. Me da la sensación que esto último es lo que genera esa brecha abismal entre el precio y el valor real y lo que colapsa mis neuronas al intentar comprenderlo. Eso de ganar mas con menos esfuerzo, vendiendo algo que vale poco a un precio elevado, es lo que me desconcierta. Supongo que para entenderlo uno necesita estar imbuido en la idea de querer hacer dinero y no basta con simplemente querer vivir como es mi caso.
Indudablemente necesitaría unas lecciones de economía que a buen seguro me ayudarían a gestionar mi existencia y a comprender mejor a mis semejantes y su entorno. ¿Algún voluntario?

Juliki (trocador)

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