sábado, 13 de junio de 2009

Rescatado del olvido VI



Me vienen a la memoria tardes enteras durante el curso escolar, sentado en la terraza repasando la lección sobre aquella mesa plegable de aspecto ajado y azul desvaído. De vez en cuando mi niño juguetón se apartaba de los deberes y dándose un respiro, dejaba vagar la vista a través del ventanal.
Recuerdo el calor de la primavera, las voces de otros niños jugando en la calle y sobre todas ellas la visión tantas veces repetidas bajo mi balcón de las carreras de chapas. Era fascinante verles construir con sus propias manos la carretera,, distinguir desde mi posición privilegiada, las pequeñas trampas del que iba rezagado en la carrera, las voces infantiles discutiendo una y otra vez cada tirada:
Pique por fuera es fuera …
Trasquilón con repetición …
No vale elevar …
Ahora una redondilla …
Yo volvía a mi lección con cierta envidia, me hubiera gustado sentir el pegajoso polvo, alrededor de mis dedos, el frió metal del chapín de martíni justo antes de ser golpeado por la uña, el calor de la discusión y el sabor de la victoria en la carrera … Pero había que seguir estudiando, preparándose para el día de mañana ser un hombre de provecho y que los esfuerzos de mis padres para que yo fuera algo mejor no quedaran diluidos en los sueños infantiles de un niño.
Me gustaba estudiar y eso paradójicamente me alejaba de la mayor parte de los chicos de mi edad, cuando quise darme cuenta era un adolescente estudioso que contemplaba ensimismado una nueva carrera de chapas de una nueva generación … con los mismos conflictos, las mismas voces y las mismas trampas …
Cuando vuelvo a aquella terraza y miro por la ventana , veo el asfalto y los coches que sustituyen a los juegos infantiles de antaño y ni imaginación vuela al pasado y me veo a mi mismo arriba y abajo observando y jugando en una dualidad imposible …
Fui lindo observar desde el ventanal, fue duro renunciar al juego desde mi prisión de niño-hombre …


Juliki (¿Niño o adulto?)

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