viernes, 2 de abril de 2010

Esquirlas de personalidad



Ya no soy el que era. Tampoco es que me arrepienta de dejar de serlo, forma parte del proceso de evolución. Lo extraño es que en ocasiones, me veo como si no fuera yo, como distanciado de mis pensamientos y reacciones y eso me crea un cierto desasosiego. Al final no se si soy el que actúa, el que piensa como debería actuar o el que mira como piensan y actúan los otros dos ...
El otro día fui a ver al fisio, para el repaso de chapa y pintura al que me someto una vez al mes y que resulta imprescindible en mi estado, a mi edad.
Iba relajado, dispuesto a disfrutar el trayecto y con la única incertidumbre de cual de los dos libros sería el elegido para amenizar mi transito en el metro. Había sitio libre, me senté, tomé mi decisión y comencé a sumergirme en el placer de la lectura. Tan solo había transcurrido una estación cuando alguien, un imberbe con aspecto moderno, irrumpió en el vagón con su móvil, ipod o similar atronando una música tipo bachata, bakalao, o como ahora se denomine el sonido imperante.
Le fulminé con la mirada, a la espera de que captara el mensaje, claro y conciso: Me molesta. Pero hizo caso omiso, no se si cegado por su visión de "soy un malote" o ensordecido por el estridente sonido con que obsequiaba a todo el vagón. Volví a intentarlo, esta vez lanzando un rayo exterminador, pero contra lo que hubiera sido mi deseo ni se desplomo, ni su aparato salto por los aires desgajado en mil pedazos dando paso al silencio.
Intenté encerrarme en mi burbuja, para que las palabras escritas acallaran el ruido imperante. No lo conseguí.
Entonces noté el vahído, la escisión de mi persona: Por un lado el prudente-cobarde que intentaba obviar el problema con la cantinela resignada del " déjalo estar, lee, concéntrate, olvídalo ..." Sin éxito.
Por otro lado una bocanada de mala ostia ascendía por mi esófago cual bilis incandescente, para dar salida al cascarrabias-protestón que hay en mi. “Levántate y con educación indícale que te molesta y que por favor use los cascos o baje el volumen y si dice que pasa, que te jodas le …”
Otee el vagón y vislumbré un sitio libre mas a la derecha. Recorrí los 10 metros que me separaban de él y en mi nueva ubicación con el sonido atenuado que no extinto volví con pasión a la lectura. En ese instante te abrieron las puertas y ocurrió.
Una jovencita de paso resuelto entró con su música predilecta aniquilando el frágil equilibrio que acababa de lograr.
¡No puede ser! aullaron al unísono dos voces en mi interior. Se miraron perplejas y comenzaron una encarnizada lucha entre mis dos "yos". Discrepaban acaloradamente entre la opinión favorable a la acción reivindicativa y la resignación educada y pacifica. Me separé de mi cuerpo en conflicto y desde la proximidad tras un ataque de risa ante la discusión interna de que era testigo y lo paradójico de la realidad, mi parte observador-analítico empezó a evaluar la situación. No esta bien resignarse, tampoco agredir, pero debes buscar una solución para cuando esto vuelva a ocurrir, que ocurrirá …
Y así llevo unos días, buscando … He tomado una decisión: La próxima vez que alguien me someta a similar agresión y pisotee mi derecho a la tranquilidad con su música; educadamente le pediré que modere el volumen, le invitaré a usar cascos, incluso llevaré unos para ofrecerle cortésmente y si se niega o me replica, desenvainaré mi libro y con mi mejor entonación y a pleno pulmón comenzaré la lectura de mi texto en la proximidad de su oreja para que intuya lo molesto que puede llegar a ser la invasión musical a que ellos me someten.
Ahora solo queda atreverme …


Juliki (en pie de guerra)

1 comentario:

  1. ánimo Valiente¡¡¡¡ la última vez mi yo agresivo sóltó una frase mortal de la que me arrepentí al instante y que me obligó a bajarme del autobús en una parada que no era por si me pegaban....

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