martes, 23 de septiembre de 2014

¿Azar truncado o trucado?


Lo malo de adquirir un compromiso es que uno debe cumplirlo o atenerse a las consecuencias por no haberlo hecho.
Cierto que también puede uno engañarse, incumplir su palabra, buscar excusas culpando a otros o a las circunstancias e, incluso, cambiar de opinión. Vamos, el típico donde dije digo, digo Diego…
Seis entradas en un mes no es nada. Supone escribir algo cada cinco días. Así visto parece más que factible. Eso sería cierto si uno tuviera la cabeza en su sitio: sin la incertidumbre de un pseudotrabajo de supervivencia, sin la tristeza que ronda por la separación no deseado, sin esos reencuentros que saben a menos y nada, y sobre todo con esa carencia de ilusiones que, cual polillas muertas, se acumulan a los pies de la cama para alfombrar el desencanto cotidiano.
Y dicho esto ¿que pretendo hacer con mi blog? Yo diría que lo mismo que con mi vida o con mi futuro laboral y que podría resumirse en un: “Ni puta idea”.
Si me atengo a la coherencia, quedando tan poco para acabar el mes y con tantas entradas por escribir lo lógico sería dejar a mi otro yo la última palabra y cerrar el blog.
Y cuando quiera escribir, reflexionar, quejarme o criticar como desahogo, ¿qué hago? ¿Me abro otro blog? ¿Escribo en la intimidad de un diario? ¿Me aguanto?
La otra alternativa es darme una jarta de escribir, tal vez repetirme, aburrir a las ovejas con reflexiones sin mucho sentido y llegar a fin de mes con seis entradas chapuceras hechas para comenzar el nuevo mes con otro espíritu…
Je, je, je… Otro espíritu en el mismo cuerpo; con las mismas perspectivas, el mismo ánimo, las mismas contradicciones.... Vamos, lo que viene a ser un volver a empezar en toda regla: tropezando en la misma piedra, cometiendo los mismos errores y queriendo cambiar sin hacerlo, sin saber cómo hacerlo.
¿Tiene sentido? Ni puta idea.
Saco la moneda y me dispongo a usar el método más universal y reflexivo para la toma de decisiones. Si sale la jeta del rey, el de antes, aplicamos su sabiduría con el conocido: “Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir… voy a escribir estos días hasta completar las entradas y el próximo mes seré constante y bla, bla, bla”. Si sale cruz pues cerramos el chiringuito y que hable la voz de los supertacañones por última vez.
And the winer is… Ni puta idea. De momento.

Juliki en manos del azar

No hay comentarios:

Publicar un comentario