domingo, 2 de septiembre de 2012

Lección de circo



El último día de agosto me reencontré con mi amigo Dubi. El Dubi es un personaje de esos que, si le fotografiaras en tonos sepia, pasaría por habitante de un circo de antaño. Tal vez esa apariencia no es mas que el reflejo de lo que uno quiere ser, porque el objetivo de Dubi no es otro que trabajar en un circo.
Ver su cuerpo enjuto y fibroso paseando su jirafa de tres ruedas de regreso a casa tras su ensayo cotidiano en el Retiro despertó una vez más mi admiración.
Le admiro por saber vivir el día a día con esa sonrisa que a la mínima se contorsiona hasta convertirse en carcajada convulsa y contagiosa, por perseguir sus sueños aunque a veces parezcan mas bien locuras y por esa despreocupación casi inconsciente del que vive en un mundo peculiar mas allá de la realidad irreal que nos rodea y parecer feliz.
A mí, que últimamente parece que me regodeo en el lamento y que veo casi todo de un gris casi negro, charlar ese rato con Dubi me supuso una nueva lección de vida, tan nutritiva como los abrazos que nos dimos, como su sonrisa imperecedera.

—Hooooooooola Juliki
—¿Qué tal todo, Dubi? —respondo mientras nos fundimos en un abrazo reconfortante
—Bien, la verdad es que muy bien. ¿Sabes que el Churry se ha ofrecido a ayudarme a montar mi espectáculo? Estoy muy contento.
—¡Joder que bueno!
—Y Alfredo, el que conocí rodando Pájaros de Papel, también va a echarme una mano. Por fin voy a tener un número propio y bien elaborado. Lástima lo de la casa...
—¿Qué pasa con la casa?
—Ah, eso. Jajaja, que nos desahucian por no pagar el alquiler.
—¿Cómo es eso?
—Pues nada que desde hace dos años los bolos han ido flojeando y no me llegaba, con lo cual he ido dejando a deber 80, 90 o 100 euros cada mes y ahora es una pasta que ya no puedo pagar. Sabes, el lunes he quedado con el Churry en su local para mostrarle mi espectáculo y empezar a trabajarlo. Incluso él tiene la posibilidad de currar dentro de unos meses en un circo e igual, si cuadra mi espectáculo, podría ir con él.
—Ojalá, estaría genial. Oye, ¿y con lo de la casa qué vas a hacer? ¿Dónde piensas ir?
—No sé. Ahora estoy ilusionado con lo del número. Ya lo veré cuando nos echen.
—¿Y eso cuándo es?
—Se supone que el 1 de septiembre.

Vivir al segundo, negar la realidad o apostar por tus sueños. No lo sé, pero sin duda el espectáculo debe continuar y, para eso, es necesario tener madera de artista.

Juliki de contrachapado malo

1 comentario:

  1. Apostar por los sueños, sin dudar, siempre; total los tiempos difíciles siempre estarán, ayer estuvieron, hoy están y seguramente mañana también; pero luchando por los sueños, todo duele un poquito menos. Saludos!

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