miércoles, 12 de noviembre de 2014

Sonría, por favor


Ya es oficial. Mi nueva reconversión laboral se ha confirmado. Mañana empiezo. Teleoperador.
Si hasta ahora buscar trabajo con mi prolijo y variado currículo era misión imposible con esta nueva aportación, que abre una faceta aún no explorada, la tarea va a ser la leche. Lo bueno es que teniendo trabajo se supone que no tengo que buscarlo. Solo se supone.
Yo soy de buen conformar. Me gusta trabajar. He aprendido a vivir sin lujos y con cualquier cosilla me apaño, pero...
No, si estoy contento. En cuanto pase el pánico de los primeros días, mi voz se acostumbre a hablar sin descanso durante horas y le vaya cogiendo el tranquillo, igual hasta me gusta. Es lo que tiene ser un casi adicto al trabajo que, al final, hagas lo que hagas, te acaba dando algo de satisfacción.
Con mi edad, mi formación y tal como está el patio sé que soy un tipo con suerte. Poder decir que tengo trabajo, aunque no sepa hasta cuando, aunque no me vaya a permitir más que vivir al día y recortando lo ya recortado, es para estar satisfecho.
Voy hasta el espejo en un ejercicio de autoexploración e intentando refrendar la realidad. El tipo que me mira desde el otro lado no parece contento, ni afortunado. Tampoco da muestras de sentirse satisfecho. Está mayor. Parece cansado. Cansado de reinventarse, cansado de sobrevivir aparcando ilusiones, cansado de ausentarse a ratos de una vida que se aleja de sus sueños. Está cansado de estar cansado.
Busco en el armario, entre la ropa hippiosa y de colorinchis que ya no cuadra mucho con mi edad. Sé que en algún rincón, en algún momento guardé un puñado de alegría, un soplo de ánimo, una brazada de ilusión. No aparecen. Resignado voy al cajón de las caretas. Tampoco hay mucho donde elegir. Me decido por la sonrisa Profiden.
Suena el teléfono y es mi chica, deportada a Andalucía por eso de que el trabajo escasea y uno no puede decir que no a las pocas oportunidades que aparecen. Me cuenta cosas, me pregunta a que hora he quedado a cenar con mis amigos...
La realidad se transforma. La vida se llena de cosas importantes, de sentimientos reales. La vida tiene cosas buenas; muy buenas; estupendas. Paso junto al espejo y el clon inverso parece rejuvenecido. Algo parecido a una sonrisa se atisba tras la máscara.
Por suerte, a veces, incluso la sonrisa Profiden en lugar de convertirse en mueca acaba cobrando vida.

Juliki re-muchascosas

No hay comentarios:

Publicar un comentario