domingo, 28 de diciembre de 2014

Superar el día


Me levanto con las legañas soldando los parpados y lo que es peor, con hormigón fraguando en mis neuronas. Me arrastro al baño y los escasos metros me parecen el recorrido de una maratón. Es otro día que habrá que superar para que exista un mañana tan poco halagüeño como el ahora. No tiene sentido seguir así. Esquivo la ducha, la dejo para después, como todo. Aterrizo frente al ordenador en busca de mi dosis de realidad. Antes de nada me pongo los ojos y la visión es borrosa. Retiro las lupas y observo que tienen una capa de mugre; cómo yo, como mis neuronas, como mi vida.
Las limpio sin convicción, como el que conduciendo bajo una tromba de agua sabe que aunque el parabrisas funcione a tope no dará abasto.
Busco refugio igual que cada día en la lectura. Leer sobre escritura, sobre la situación social, revisar correos que nunca traen alicientes
Me meto en un video del presidente Mújica y sus palabras retumban en las oquedades de mi cerebro a punto de colapsar. Frase tras frase recibo las bofetadas que, en principio, no me hacen reaccionar:

La vida se te escapa y no puedes ir al supermercado a comprar vida.
Dar contenido a la existencia, ser autor de tu propia vida, pelear por un sueño o una esperanza…
No dejar que te roben la vida.
No hay receta.
Lo imposible cuesta un poco más.
Derrotados son los que bajan los brazos.
Lo importante es el camino.
No hay meta.
Siempre hay algo que dar por jodido que estés.
El que esta acostumbrado a estar mal se resigna.
Quien acaricia su sueño lo pelea.
Consciente de los errores cometidos.
La vida es un aprendizaje continuo y esta lleno de caminos muertos.
Los individuos solos no somos nada.

Apalizado, sin marcas en el rostro, pero con las neuronas magulladas, apago el ordenador y me levanto. Vuelvo a intentarlo y me encamino a la ducha. La realidad gana por KO.

Juliki tras besar la lona

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