lunes, 24 de septiembre de 2012

Resignación cobarde


Se acerca el 25s. Somos muchos los que permanecemos expectantes, incluso algunos pueden que tengan sus esperanzas puestas en ese día; bien porque creen que puede cambiar algo o porque quieren que algo cambie. Me gustaría estar entre los que creen, pero mi pesimismo me hace presuponer que manifestarse, aunque necesario, no cambia el curso de los acontecimientos.
Es indudable que la situación no debería continuar como hasta ahora y los indicios son que así va a ser, que las cosas van a cambiar, pero... pienso que a peor. Ya estás con tu jodido derrotismo pensaran algunos. Puede ser, no voy a negar la evidencia, pero...
Comenzamos aceptando que cada cuatro años compraran nuestra voluntad a cambio de falsa promesas y cuando nos mintieron no movimos un dedo. Era primero la época de la ilusión tras la muerte de Franco y luego la de las vacas gordas. Y por eso no nos importó que algunos se llenaran los bolsillos de dinero ajeno, el nuestro incluido, porque vivíamos mejor. Teníamos casa, trabajo, coche, televisión de plasma... y además el del banco nos sonreía afable y la roja ganaba algo por primera vez ¿Qué más se podía pedir?
Luego, cuando comenzó a acuciar la crisis, nos vendieron que había que apretarse el cinturón y tragamos con recortes en derechos sociales de los de toda la vida,  recortes en sanidad, recortes en enseñanza... y miramos para otro lado. No problems, aún éramos unos privilegiados. Incluso nos hicieron creer que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades y nos sentimos culpables. Yo me autoinculpo en este punto. Reconozco que osé comprarme un piso de 27m cuadrados y aunque haya hecho los deberes y lo tenga pagado a base de renunciar a libros, cervezas y salidas; tal vez tengan razón y para no vivir por encima de mis posibilidades debería haber buscado uno más pequeño de 10 o 12. Pero eso es otra historia.
Después subieron impuestos, recortaron más derechos laborales, bajaron sueldos y demonizaron a los funcionarios, mientras además retocaban otros temas ideológicos como el aborto, la cadena perpetua e indultaban a los grandes desfalcadores que evaden capital... Se levantaron algunas voces, pero cada uno de nosotros siguió parapetado en su mísera vida, en ese "que me quede como estoy" y  en "eso no va conmigo", porque somos cobardes.
Lo próximo, no creo equivocarme, serán las pensiones, la prestación de desempleo y tal vez pronto sea ilegal pensar, criticar o reunirse. ¿Qué exagero? Puede, pero...
Ayer creo que dimos un paso más hacia esa exageración mía. Empezó a abrirse el abismo ante nuestros pies y el supuesto Estado de derecho se quito la careta para dejarnos ver donde nos encontramos en realidad. Ayer, en el Retiro, según atestiguan las imágenes del video casero que figura más abajo; la policía, supuestos policías pues llevaban su numero de placa oculto con cinta, acosaron y persiguieron a personas que reunidas en un parque conversaban en un intento por, tal vez, buscar una alternativa y un mundo mejor.
 http://bambuser.com/v/3003252
 Si realmente los miembros de los cuerpos de seguridad tienen obligación de identificarse y mostrar, mejor dicho, llevar visible su placa y número, pero en lugar de eso lo tapan, algo no funciona. ¿No es eso bastante más irregular que juntarse a hablar pacíficamente? Si la actuación de ayer de esos policías no se ajusta a la ley, es decir es ilegal y en consecuencia un delito. ¿No debería intervenir de oficio alguien? Yo que sé, el defensor del pueblo, el fiscal del Estado... Uno de esos que cobran de todos nosotros para garantizar ese Estado de derecho, esa democracia en la que se supone que vivimos. Si el poder deja impune sus abusos, tal vez no está en las manos adecuadas.
Creo que lo están logrando, su política del miedo, esa que nos hace tragar y conformarnos, está triunfando. Yo lo reconozco avergonzado, tengo miedo y espero parapetado en mi pequeña casa. Salgo a manifestarme y luego regreso y espero mirando hacia otro lado sin querer reconocer que el próximo al que vendrán a buscar puedo ser yo, aunque no haya hecho nada, por no haberlo hecho.
Juliki, culpable de inacción

1 comentario:

  1. Me suena a una realidad familiar de este lado del mundo.Pero si nos queda la pluma, la tinta y la voz, hay que dejarla fluir...

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