lunes, 23 de febrero de 2015

Vivir sin ganas


Ha sido un febrero complicado. Con nuevos tropiezos que me han obligado a asumir cambios y encajar nuevas derrotas. Mi estado de ánimo seguro que ha magnificado lo sucedido. Quizás hay que aceptar que al no llevar las riendas de mi vida cada pequeño cambio trastoca esa estabilidad a la que uno aspira, pero que parece sacarnos ventaja a cada nueva zancada.

El otro día en el trabajo me llamaron al despacho. Me temí lo peor. Me vi de nuevo engrosando las listas del paro y consumiendo horas y horas en esa búsqueda infructuosa de curro en un nuevo intento por reinventarme. No querían despedirme. Solo era para joderme la vida. Un poco más. Otra vuelta de tuerca que uno asume con la tristeza del vencido. Me han cambiado el horario. No, no ha sido a mejor. Para un tipo madrugador como yo es otra puñalada a mi biorritmo. Los lunes saldré a las 21:30 h, de martes a jueves a las 21 h y dos viernes al mes a las 21:30h. En resumen llegar a casa a las 22-22:30 dependiendo del día, cenar e irse a dormir recién cenado o esperar a hacer la digestión e irse más tarde a dormir. Mi organismo podría acostumbrarse; mi cabeza se resiste a hacerlo. Luego está lo de poder compatibilizar esos horarios de viernes con los horarios de tren para viajar a Sevilla a compartir el fin de semana con mi pareja. Complicado hasta que el teletransporte sea una realidad.

Lo del horario es un cambio aparentemente menor, algo a lo que parece fácil adaptarse; pero sumado a todo lo de los últimos tiempos me trasmite la sensación de  ir bajando peldaño tras peldaño hacia una mazmorra húmeda y lúgubre donde pasar castigado el resto de mi existencia.
Sé que tengo que reaccionar, buscar la parte positiva e ilusionarme con pequeñas cosas para recobrar el gusto a la vida. Palabrita del niño Jesús que cada noche al acostarme me lo propongo y al levantarme me esfuerzo por ello, pero el día a día golpea con su realidad inmutable y no ayuda. Sigo resistiendo.

Juliki buscando ganas

No hay comentarios:

Publicar un comentario