miércoles, 11 de noviembre de 2009

Película de irrealidad



Hoy la palabra se encasquilla, las ideas se demoran y nada parece fluir. En estos casos lo mejor sería asearse, hacer la maleta y partir. Para la ocasión el equipaje debería ser somero, liviano: El propio cuerpo, una muda de repuesto, un libro intranscendente, el cepillo de dientes y decisión ...
El destino no preocupa, lo importante es el regreso; pero para poder volver es necesaria una única condición: No pensar en el trayecto.
Salgo a la calle y me asalta un recuerdo que esquivo aliviado, después, desecho alegremente incipientes ideas. Doblo la esquina y un pensamiento me encara, a mi espalda otro acecha, a los lados se agolpan; estoy rodeado. Cierro los ojos, aun puedo escucharlos, echo a andar, los atravieso, camino rápido y su presencia muta en ausencia. Me paro fatigado por el esfuerzo, sonrío, lo he conseguido. Por un momento pensé que no podría evitarlos.
Busco el camino de vuelta y todo se torna ajeno. Creo que hoy, tampoco nadie me lo agradecerá ...


Juliki (de transición)

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