lunes, 14 de diciembre de 2009

Ensoñación irreal


Me gusta dilatar el tiempo, estirarlo hasta que su transcurso no importe. Ayer lo conseguí, el día no tuvo 24 horas duró mucho mas. Nada tenía prioridad, los acontecimientos, las acciones se sucedían en un flujo natural, sin atropellarse como habitualmente ocurre. La parsimonia y el sosiego fueron reyes por un día y marcaron el ritmo de mi existencia. No fue nada especial, comer, leer, descansar ... pero me dejó un regusto de satisfacción, como si la ensoñación tuviera cabida en mi vida e incluso pudiera atisbar un mañana aun mejor.
Hoy debía ser un día de ilusión, pero se truncó. La vida vuelve a ser simplemente real: rutina, prisas, tristezas, fantasmas que sobrevuelan ... No queda nada de ayer, el famoso regusto ha sido sustituido por el sabor de la pasta de dientes. Game over. Mañana mas.

Juliki (viviendo el nada cambia)

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