miércoles, 7 de octubre de 2009

Realidad hostil



Empiezo a estar cansado de mi estado de extrema languidez. Creo que es suficiente por el momento. Hoy no toca lamento, ni queja; mañana ya se verá. Volviendo del trabajo me atajó un aguacero y eso siempre refresca mis carencias y alivia mis tristezas.
Hoy toca hablar de mi hermana, de sus últimas peripecias. Muchos son los que comentan nuestro gran parecido físico, a mi no me lo parece, pero no puedo negar que la genética común y los años de educación compartida nos han generado comportamientos similares y formas de afrontar la vida semejantes.
Mi hermana, preocupada por su salud, decidió hacer algo mas de ejercicio; y para ello se plantó en su junta municipal. Allí la informaron que para los sábados, únicamente quedaban clases de defensa personal. Sin tener muy claro en que consistían, decidió apuntarse, porque algo mas de ejercicio haría que estando en el sofá. Fue a su primera clase con la mente abierta y dispuesta a aprovechar al máximo la oportunidad. Tras un calentamiento con carreras y ejercicios varios, el profesor invitó a los asistentes a colocarse por parejas para iniciar la explicación de ejercicios mas específicos de "defensa".
El compañero de mi hermana se presento:
-"Hola me llamo Manuel Jesús y he venido al curso a aprender a matar"
Mientras mi hermana confusa, intentaba analizar la situación, pudo oír como, al fondo, el profesor indicaba el primer ejercicio.
-"Hay que coger del cuello al compañero, solo marcarlo, sin presionar...
Imagino las ganas de salir corriendo que mi hermana experimentó en ese preciso instante, pero como, aunque pequeñita (poco mas de 1,60 m.) es aguerrida; aguanto el tipo y realizó junto a Manuel Jesús los primeros ejercicios, que además del apretón en la yugular, incluyan retorcer el brazo de manera algo mas intensa que una simulación y alguna otra lindeza similar.
Aliviada escuchó como el profe indicaba una rotación de parejas y aprovechó la ocasión para coincidir con la única otra moza que había en el curso. Rosa María, que así se llamaba la susodicha, tuvo a bien comentarle también sus expectativas sobre el curso:
-"Pues yo tengo bajo la ventana cada día unos tipos que estan todo el rato bebiendo, fumando marihuana y dando voces. Le dije a mi marido que bajara a ponerles las pilas, pero como no me hace caso me he apuntado al curso y ya bajaré yo cuando controle a romperles las piernas"...
Creo que las neuronas de mi hermana se colapsaron, resistió cual zombi el resto de la sesión y al concluir fue directa a conversar con el monitor.
-Disculpa, espero que no te lo tomes a mal, pero no tengo intención de volver. No se lo que esperaba, pero no era esto ...
-Mujer, date otra oportunidad, vuelve el próximo día y vemos ...
- Mira, es que me parece que la gente no viene aquí con intención de aprender defensa ...
- Si, bueno es cierto que tus compañeros son algo nerviosos ...
-¿Agresivos querrás decir?
- En fin, las tensiones, la adrenalina ...
Perdóname, pero soy ya bastante mayor para perder el tiempo y arriesgarme a que me algún "nervioso" me haga daño. Disculpa y gracias por tu comprensión.
Mi hermana tiene un problema, como yo; nos equivocamos, no estamos preparados para la vida moderna y en ocasiones, nos olvidamos que para una gran mayoría, la mejor defensa es un buen ataque ...

Juliki (a la defensiva)


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