martes, 27 de octubre de 2009

Silencio adverso



Me siento a escuchar el silencio, y no escucho nada; me quedo así, como esperando que un sonido, que algún ruido accidental transforme este instante vacío en algo vivo. Transcurre el tiempo, callado, sigiloso en su avance y yo inmóvil, miro a mi alrededor atento a los susurros de mi propio cuerpo. Mi cuerpo pide reposo, mi cabeza letargo; ambos quieren adormecerse, tal vez para no ser, para adentrarse en el mundo de los sueños, que sin ser real, tiene mas vida que el presente.
Reflexiono sobre el día, rutina seguida de desencanto se alterna con esa desilusión en soledad que marca mis pasos.
Busco la placidez de las palabras no pronunciadas y solo alcanzo a sentir ese desasosiego de silencios resignados. Nueva jornada de espera, sin pensar, sin querer sentir, pero percibiendo, acumulando sentimientos plegados a conveniencia ajena, que engrosan la cada vez mas pesada bolsa de viaje.
Gestos sin recompensa y a cambio, cansancio como moneda de pago. Hoy, al conejito duracell se le agotaron las pilas. Él también se recrea cabizbajo en el silencio.

Juliki (inoperante)

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