viernes, 7 de agosto de 2009

Lógica ajena



Hoy tocó "marujeo", que por otro lado a un tipo hogareño como yo, es una actividad que suele gustarle y relajarle. Cociné algo, puse una lavadora, recogí la cocina, di un repaso a las plantas ...
También fui a comprar, y comprobé que el verano llega para todos: mi quesero había sido sustituido por un cartel de "Volvemos el 31 de Agosto". Curiosamente me alegré, aunque no pudiera comprar lo que quería; supongo que uno acaba cogiendo cariño a sus tenderos, a fin de cuentas forman parte de su vida.
Me gustan las rutinas, creo que me enraízan al entorno, al barrio; la compra es una de mis preferidas. Me gusta la parafernalia de hacer la lista previa y esa sensación de búsqueda en el super que despeja mis sentidos.
Lo de los supermercados es la leche, la compra es una inmejorable manera de mantener la mente en forma; me río del brain training ese. No hay día que algo no haya cambiado de sitio, bien porque esta de oferta o por la remodelación del espacio. Supongo que dirán que es para mejorar y facilitar el servicio al cliente, pero como estrategia de marketing no tiene precio. Es la forma perfecta de tenernos mas tiempo dando vueltas, viéndolo todo, para acabar comprando mas, aunque no este en la lista de nuestras necesidades.
Lo que no consigo entender del todo es la disposición de los artículos. Siempre busco una lógica que me permita razonar que sección va "pegada a" o "a continuación de", sin lograrlo; y además no hay dos supermercados iguales en materia de organización.
El orden caótico del super solo es superado por el de las tiendas de todo a cien. Allí visto lo visto la única lógica posible es el apilamiento aleatorio. Yo recorro todos los pasillos varias veces, normalmente sin fortuna, antes de preguntar. Entonces llega el apasionante instante de seleccionar a quien preguntas. No es una elección banal. Por lo general solo uno de los "chinos" controla a la perfección el idioma y con él la comunicación es efectiva; el resto son todos súper amables pero es como si les hablaras en chino tu, pero en el dialecto que no es el suyo. Cierto es que el caos aparente no debe ser tal porque al final ellos son capaces de indicarte donde esta lo que andabas buscando. Seguiré intentando entender su lógica ...
Tengo la nevera llena, la casa recogida, he acabado un libro ... se me agotan las excusas para empezar a meditar mi futuro. ¿Será tal vez que debería vivir el presente?

Juliki (en el día a día)

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