lunes, 31 de agosto de 2009

Retorno al redil



Hoy es uno de esos días bisagra, donde se produce la transición entre algo que acaba y algo que empieza. Dependiendo de cada cual, suele ser considerado una jornada de fortuna o desgracia, aunque predominan los que se inclinan por la segunda opinión. Yo prefiero no pronunciarme y dedicarme, sin mas, a disfrutar lo que queda.
Mañana será otra historia; sonará el despertador a las 6:00 A.M., iniciaré los rituales del desayuno, el aseo, la preparación de la ropa, la bolsa... Después saldré a las calles dormidas y recorreré el mismo camino que un mes atrás constituía mi paseo matutino. Me cruzaré con las mismas caras somnolientas, quizás algo mas tostadas por el sol; y si alguna no acude a la cita, será porque la fortuna le habrá obsequiado con algún día de vacaciones aun por disfrutar. Cuando llegue a mi destino, la luz de las farolas iluminaran las calles y el sol estará aun por salir. Abriré la puerta con mi llave y me sumergiré, un año mas, en ese espacio familiar donde transcurren un tercio de las horas de mi existencia diaria. La rutina habrá vuelto a instalarse en mi vida y poco a poco todo volverá a ser como tiempo atrás.
Mañana también me reencontrare con ella, estará quieta, esperando en silencio, aguardando mis caricias, dispuesta a soporta mis enfados y mis protestas sin apenas replicar. Cumplidora, se afanará en su tarea, se amoldará a mis mandatos; subirá y bajará al ritmo que marquen mis pies hasta que el reloj nos indique que debemos parar el baile. Entonces, yo partiré a la vida real, libre al fin, de la obligación de alquilar mi tiempo. Mientras, ella, a oscuras, volverá a su reposo obediente, y esperará mi regreso seguro del día siguiente; quien sabe si soñando con esa libertad que tantas veces me oyó anhelar.


Juliki (retornable)

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