martes, 25 de agosto de 2009

Silencio de gestos



Cabeceos mañaneros, ojos entornados que apuran ese último aliento del sueño. Párpados que se abren y cierran fugazmente cuando la marcha se reduce sincronizándose con el traqueteo del vagón. Algún bostezo suelto acompaña la apertura de puertas. La voz metálica atrona: "Próxima estación Guzmán el Bueno correspondencia con ...". Ciertos cuerpos saborean el caramelo imaginario (aun quedan dos estaciones), mientras se acurrucan recostados contra la barra.
Hay miradas perdidas que parecen reposo de ojos abiertos atisbando el infinito; otras se sumergen entre las letras de encuadernaciones baratas, ajadas por el uso. Estas últimas son absorbentes, voraces e intentan desesperadamente vivir la aventura de otros, mas apasionante e interesante que la propia. Su tiempo se acaba ante la inminente llegada al destino que les arrastra de vuelta a su realidad, tal vez anodina o incluso desalentadora.
Cuerpos que entran y salen sin verse, mentes que se rozan sin apenas sentirse día si y día también. Conversaciones imaginarias que flotan sin llegar a ser. Desde mi asiento observo el flujo una vez mas antes de incorporarme a él. Mi trayecto acaba, salgo y dentro del vagón quedan palabras jamás pronunciadas por mi, flotando alrededor de los sueños de esos que prosiguen hacia su destino.

Juliki (mirando)

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