domingo, 2 de agosto de 2009

Tardes que envejecen



Ayer fue un día con lluvia, sol, piscina y buena compañía. Hubo degustación de quesos, cervezas, risas, recuerdos ... Me gustan ese tipo de tardes en las que la vida fluye y los problemas se disipan entre abrazos y conversaciones amenas.
Hoy es domingo, habitualmente sus tardes suelen provocarme una congoja que me sobrecoge y me atenaza; es el preámbulo de la nueva semana que aleja el regusto a libertad vivido durante el fin de semana. Hoy fue diferente; mañana es lunes disfrazado de sábado y así debería ser cada día las próximas semanas. Las vacaciones han comenzado.
Sería fantástico poder disfrutar de esas tardes de sábado, a diario; no por las vacaciones en si, si no por saborear y compartir esos momentos que aportan la salsa a la vida.

Juliki (degustándolo aún)

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