sábado, 16 de mayo de 2009

Huellas reveladoras



La mayor parte de nosotros, yo al menos soy así, tenemos una tendencia innata al “conformismo“, a conservar aquello que nos aporta estabilidad. Nos asustan en cierta medida los cambios, quizás porque cada novedad trae consiguo un cierto desorden y eso incrementa nuestra inseguridad.
A mi la rutina, en un principio me proporciona la sensación de controlar mi vida, aunque tal vez, en el fondo, sea una falsa apariencia. Con el tiempo esa tranquilidad aportada por lo cotidiano se transforma en monotonía y va generando una sensación de hastío que nos lleva al aburrimiento o a pensar que son las “obligaciones” diarias las que dirigen nuestros pasos en la vida.
Como casi todo en la vida el secreto estaría en encontrar el equilibrio entre lo habitual que nos sosiega aportando seguridad y los cambios que provocan un incremento de la ilusión ante las nuevas posibilidades que nos esperan. Esa alternancia o coexistencia entre lo nuevo y lo conocido, entre la cordura y la osadía tal vez sea el motor de la vida. Luego esta el combustible que cada cual use para avanzar que dependerá de si uno esta dispuesto a andar, correr o volar en su existencia …


Juliki ( ¿diesel o gasolina?)

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