jueves, 3 de septiembre de 2009

La invasión de los infracuerpos



Hay días que uno esta roto, la cabeza se le va, las piernas no le responden y los brazos ya ni siquiera valen para colgar a ambos lados del cuerpo. En esas ocasiones, suele ser aconsejable armarse de valor, arrastrar el cuerpo, juntarse con sus semejantes, aunque sea para acabar tirados en cualquier rincón, pero eso si, en compañía.
Después de un rato de silencio sin miradas a uno le gustaría salir corriendo, o dar un manotazo al resto para que reaccionen, pero suele quedarse impasible, inmóvil, como un tronco, esperando que llegue la hora de la recogida.


Juliki (inerte)

No hay comentarios:

Publicar un comentario