jueves, 17 de septiembre de 2009

Renacer mañanero



Vuelvo renqueante, pero con la ilusión del que pudo no volver. Hoy estuvo cerca el fin, pero en un último escorzo pude esquivarlo. Una vez mal el maldito semáforo, justo antes de llegar al curro ( ¿será una señal para que deje de ir?)
Muñequito verde, me toca pasar; a lo lejos el enemigo se acerca, ya no puede pasar, no debe ... pero pasa. Salto atrás y despotrico, una vez mas, impotente.
Que triste hubiera sido morir bajo las ruedas del camión de coca-cola. Si amiguitos, los del famoso anuncio de la chispa de la vida ( ¿o era de pepsi?) que casi me la quitan. Nada mas penoso que verse atropellado y sepultado bajo cientos de coca-colas asesinas. Toda una vida para acabar maltrecho y rociado de ese pringoso líquido; quien sabe, igual cauteriza las heridas.
Me puse a pensar en que hubiera pasado si no reculo. ¿A quien habrían avisado? ¿Que habrían hecho con mi cuerpo?¿Que habría pasado con mi casa, mis cosas ...? ¿Cuanto tardaría en ser un recuerdo esporádico, sepultado en el olvido?
El día gris no acompaña a tener pensamientos luminosos, así que me limito a tenerlos de otro tipo. Pienso que debería de agilizar lo de donar los órganos. El resto me gustaría que lo dejaran en un comedero de buitres, pero seguro que es ilegal; bueno que lo quemen. ¿Y las cenizas? ¡Que carajo me importa lo que hagan con ellas!
Me pongo a currar, intento olvidar el puñetero camión y el sinsabor de sus coca-colas. Eso si, me queda el consuelo de pensar que seguramente serian coca-colas producidas en mi región, por eso de cuidar el medio ambiente después de joderlo ...

Juliki (carne de cañón)

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