viernes, 22 de mayo de 2009

Vivir sin aplausos



Soy gilipollas. Si, ya se que mas de uno estará pensando: Este Juliki no tiene arreglo, ya nos va a dar la matraca con otra sesión pseudo depresiva ... Nada mas lejos de la realidad, simplemente constato un hecho real que me dispongo a razonar, y lo mas importante: a documentar.
La gran mayoría de los niños y jovenzuelos en sus años de colegio o instituto han participado en algún tipo de competición o campeonato como atletismo, natación ... y han salido al menos en alguna ocasión victorioso, aplaudidos, vitoreados ...
Yo no. Dada mi natural torpeza tuve que esperar hasta la universidad para poder hacerme acreedor de mi primer y único título ganado: El campeonato de gilipollas.
Visto así, con el simple enunciado, dan ganas de ocultarlo, porque seamos sinceros: Hay que ser gilipollas para participar en un campeonato de dicha índole.
Explicar en que consistía dicho campeonato no es sencillo. Su oscuro origen es anterior a mi llegada a la facultad de Ciencias de la UAM, cuando Alejandro Salamanca legendario habitante de dicha facultad (también era estudiante en sus ratos libres) derrochaba su energía en múltiple tareas por y para la organización estudiantil. En esas fechas el campeonato no existía como tal, pero de haber existido es indiscutible que Alejandro que nunca lo ganó después, habría arrasado. Yo que tanto aprendí de el no dudaría en concederle el título de Gilipollas de Honor a toda una carrera, y el seguramente que se sentiría orgulloso por tan grande distinción.
¿Tu que haces perdiendo el tiempo con eso? ¿No deberías estar estudiando?¿Que sacas tu con dedicar tu tiempo a eso? ¿Nada? ¿Que es por el beneficio de todos? Tu eres gili...
Todas esta preguntas y otras similares son las que hacia la "gente" a los participantes del campeonato cuando los encontraba en sus diversas tareas que podían ser muchas y variadas: Organizar asambleas estudiantiles, participar como portavoces estudiantiles en la junta de facultad, delegación de estudiantes; organizar charlas, comisiones de video, ajedrez, informática, de huertos ecológicos... ; gestionar el reparto de taquillas... Todo ello gratuita y desinteresadamente en su tiempo libre o en el robado a alguna que otra clase. Éramos algo así como miembros de las actuales ONGs pero sin sueldo, buscando en parte el bien común y en parte hacer mas llevadero y humano nuestro paso por la facultad. Para que aquello fuera algo mas que la competición entre estudiantes, previa a lucha laboral que acechaba al acabar la carrera e ingresar en el mundo real, adulto ...
Una vez al año, al concluir el curso escolar los participantes se reunían en un bar, con unas cervezas; cada uno relataba sus méritos y entre todos se decidía quien era el ganador de ese año, que además tenia el dudoso honor de pagar alguna que otra ronda. Se podía llegar a conseguir un trofeo en propiedad, pero para ello había que ganar tres años seguidos o cinco alternos ...
Participé cuatro años, gané los tres primeros en solitario y el cuarto ex aequo con mi añorado amigo Lepe. Después lo dejé, la facultad se me quedó pequeña y salí a comerme el mundo; desde entonces, ahí seguimos, haciendo el gilipollas en mi comunidad de vecinos, en mi trabajo ...
Ya sin título, ni trofeo; sin aplausos.
No reniego de ello, es mas, me siento orgulloso, soy a si: Soy Gilipollas ... y tengo mi trofeo que lo acredita.

Juliki (el mejor gi …)

1 comentario:

  1. echaba de menos compartir tus pensamientos, desde este lado de la pantalla, y el primer texto...Me incluyo dentro de la categoría, y a mucha honra, no es facil ser así... Quiero informarte que hay un himno y todo "Soy gilipollas, lo soy donde quiera que voy, soy gilipollas, y me he dado cuenta hoy..." voy a bucear en internet y espero encontrarlo entero.
    un enorme beso ansioso por seguir enganchada a tu blog

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